VENECIANO DE GELATINA

La foto no le hace justicia a lo lindo que se ve este postre en vivo. Lo preparamos para la piñata de los niños, y a grandes y chiquitos les gustó un montón. El único fastidio es que se ensucia una tonelada de moldes, pero vale la pena.

No sé cuál es el verdadero nombre del postre. Mi mamá, como buena arquitecta, lo bautizó «veneciano», en honor a esos pisos de granito que combinan piedras de diferentes colores, tipo un mosaico desordenado.

INGREDIENTES
Para 10-12 personas

3 ó 4 paquetes de gelatinas de varios colores / sabores
1 paquete de gelatina transparente
1 lata de leche condensada
  • Preparar medio paquete de cada una de las gelatinas de colores que se vayan a usar siguiendo las instrucciones, pero reduciendo un poco la cantidad de agua para que las gelatinas queden más duras. Poner cada color en un molde distinto y refrigerar hasta que estén completamente firmes.
    • En la foto pueden ver un festival de sabores: había gelatina de uva, naranja, manzana, fresa y piña. ¡Demasiado! La próxima vez eliminaremos la uva, por ejemplo, que es bastante fuerte y opaca el sabor del resto (y tal vez la de manzana, porque a Hugo no le gusta). La idea es que haya de colores contrastantes.
  • Una vez que estén todas listas y enfriadas, preparar la gelatina transparente (el paquete completo), sustituyendo parte del agua por la leche condensada; es decir, si las instrucciones piden, por ejemplo, que se disuelva la gelatina en dos tazas de agua caliente, hay que disolverla en una sola taza, y luego agregarle la leche condensada y mezclar bien. Dejar enfriando un poco en la olla.
  • Mientras se enfría la gelatina transparente/blanca, sacar las otras de la nevera y cortarlas en cubitos (el tamaño es a gusto personal). Poner los cubitos en el molde de servir (tiene que ser grande, y mucho mejor si es transparente), distribuyendo bien los colores.
  • Comprobar que la gelatina blanca no esté demasiado caliente, de modo que no deshaga los cubos de colores, y verterla en el molde de servir. Darle unos golpecitos al molde para que se asiente toda la gelatina y no queden burbujas de aire. Refrigerar hasta que se asiente y se vaya a servir.
  • Otra alternativa es hacer la gelatina por capas, en lugar de los mosaicos.  Simplemente hay que hacer cada color a la vez, esperando que se asiente bien (1-2 horas en la nevera) antes de poner el siguiente color.  La gelatina blanca (la que tiene leche condensada) es un éxito y siempre llama la atención.  Se ve muy bonita, como pueden ver arriba (aunque justo en este pedazo se ve un pequeño «accidente»: por impaciente, eché la gelatina blanca antes de que la de naranja estuviera bien asentada, y en algunos puntos se mezclaron un poco). 

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