Esta receta está inspirada en un recuerdo de adolescencia. En esas tardes en las que el tráfico caraqueño, las hormonas, la humedad pre-aguacero y la infame música de los noventas partían la cabeza en dos, era una maravilla descubrir -cuando el ascensor llegaba al piso 11 y las puertas se abrían- el olor envolvente y mágico del pan de chocolate de Enna, mi vecina. No encuentro palabras para describir la sensación. El olor de cualquier pan recién horneado lo lleva a uno a un estado de paz y armonía con el universo. Si a eso se le suma el olor del chocolate caliente, que entra por la nariz y se clava en las pituitarias, con ese aroma terroso y tropical del cacao, entonces lo que resulta es un abrazo largo y apretado a los sentidos.
Pero basta de cursilerías. Aquí les copio la receta, remotamente basada en ésta de allrecipes, con los comentarios y posibles variaciones de siempre. Se puede amasar con un ayudante de cocina o en máquina para pan, obviamente, pero para aquellos que vivimos en recesión permanente, con cocinas microscópicas en donde de casualidad cabe el microondas, la técnica artesanal es la única que vale.
INGREDIENTES
¼ taza (60 ml) agua
1 taza (235 ml) leche
3 cdas (40 g) azúcar morena
2 cdas (25 g) azúcar blanca
1½ cdta (7 g) levadura en polvo (un sobrecito)
1 huevo, ligeramente batido
3-4 tazas (410-550 g) harina reforzada (para pan, en inglés strong flour, hard flour o bread flour)
1 cdta (6 g) sal
1 cdta (2 g) canela en polvo (opcional)
1 cdta (5 ml) esencia de vainilla (opcional)
1-2 cdas (15-30 g) cacao en polvo (opcional, si son muy amantes del chocolate)
2 cdas (30 g) margarina, suavizada
3/4 taza (125 g) chispas de chocolate (pueden ser semi-dulces o de chocolate de leche, al gusto)
- Primero, hay que activar la levadura. Para esto, se calienta el agua y la leche (puede ser en el microondas). El líquido se debe sentir bien caliente, pero tolerable al tacto. Si queda demasiado caliente, se destruye la levadura y no crece el pan. Se le añade el azúcar, disolviendo bien, y finalmente la levadura. Se revuelve y se deja reposar por unos 10 minutos, hasta que se forme espuma sobre el líquido.
- Mientras tanto, se miden 3 tazas de harina en un recipiente grande o sobre un mesón. Se le añade la sal (y la canela o el cacao, si se decide utilizar) y se revuelve un poco.
Nota: Con respecto a la harina, se puede usar harina no leudante (normal). La ventaja de usar harina reforzada es que la consistencia es mucho mejor a la hora de amasar y de darle forma al pan, en caso de que no se quiera usar moldes. El pan que se ve en la foto está hecho con harina reforzada integral, por ejemplo.
- Se le agrega la margarina (que debe estar suavizada, mas no derretida). Para suavizar la margarina, basta con dejarla un rato fuera de la nevera, y cuando ya esté a temperatura ambiente, remover un poco con un tenedor. Al añadirla a la harina, revolver bien con el tenedor, hasta que ya no queden grumos gruesos.
- Agregar el líquido con la levadura y el huevo batido (y la vainilla, si se utiliza), y mezclar bien con un tenedor o cuchara de palo. Inicialmente la masa parece no tomar forma, hasta que poco a poco se va endureciendo. Algunos recomiendan que después de mezclar un poco, las masas se deben dejar reposando por unos 10 minutos para que la harina termine de absorber la humedad. Dependiendo del tipo de harina, a veces es necesario ir agregando un poco más a medida que se va amasando (vale la pena empezar sólo con 3 tazas e ir incorporando más poco a poco), hasta que la masa se depegue de los dedos. El amasado debe durar unos 8-10 minutos.
- Cuando ya la cosa esté agarrando forma, se le agregan las chispas de chocolate. Si no consiguen chispas, no entrar en pánico. Picar en pedacitos el chocolate de preferencia y listo (mientras más grandes los trozos, más enteros quedan a la hora de hornear. Para no derretir el chocolate con el calor de las manos, les recomiendo amasar sólo lo suficiente como para distribuir las chispas.
- Cubrir el recipiente con un paño (o poner la masa en un recipiente grande, si es que trabajaron directamente sobre el mesón) y guardar en el horno ligeramente caliente. Dejar reposar por una hora. En este tiempo, la masa debería crecer el doble de tamaño (tomar esto en cuenta a la hora de escoger el recipiente).
- Si están desesperados por comer el pan, entonces una vez que crezca la masa, se golpea y se espicha/desinfla completamente y se procede al paso siguiente. Si todavía tienen tiempo y aguante, entonces se vuelve a cubrir y se deja reposar por una hora más para que crezca de nuevo (y así el pan queda más esponjoso).
- Una vez desinflada la masa, si les queda lo suficientemente manejable como para que tome forma más o menos compacta, se puede poner directamente sobre una bandeja (engrasada y enharinada, o con papel parafinado/de cera/para hornear), en forma de pan redondo u ovalado (con un cuchillo afilado, hacerle un corte en forma de cruz al pan redondo, o tres cortes diagonales a la barra ovalada). La otra alternativa es usar un molde rectangular de pan, ligeramente engrasado y alineado con papel parafinado (así el desmoldado es más fácil).
- Hornear a 180ºC/350ºF (en horno precalentado) por 30-35 minutos. Para probar que el pan esté listo, se golpea suavemente. Si el sonido es «hueco», entonces el pan está listo.
Nota sobre los ingredientes opcionales:
- En la receta original, el pan es condimentado con bastante canela. En mi opinión, ya el chocolate es suficientemente gustoso y no necesita más condimentos (ni canela, ni vainilla). Pero eso, por supuesto, depende del gusto personal.
- Con respecto al azúcar, este pan lleva morena y blanca. Si no tienen morena, les recomiendo que usen 4 cucharadas de blanca (en lugar de 5), para que no quede tan dulce. Hay que tomar en cuenta también qué tipo de chocolate se utiliza. Si las chispas son de chocolate de leche, con 4 cucharadas de azúcar es más que suficiente. Esta vez utilicé sólo azúcar blanca, porque tenía en casa una moscabada, con mucho sabor a melaza, y como soy choco-purista, no quise alterar el sabor del pan.