En estos días Hugo se tropezó con una receta para mantequilla (sí, mantequilla) en The Guardian. Leyendo un poco más, resulta que la autora, Darina Allen, es una gurú de la cocina no sólo en Irlanda sino a nivel internacional. El nombre ya nos sonaba de antes, porque la revista Saveur había reseñado su libro como uno de los recetarios más importantes de los últimos diez años. Así fue como dimos con Forgotten Skills of Cooking (publicado por Kyle Cathie Limited), nuestro nuevo libro de cocina favorito. Lo valioso del libro, en mi opinión, no son sólo las recetas (deliciosas, además), sino la cantidad industrial de tips, consejos, ideas y técnicas que explica en un lenguaje sencillo, cero pretensioso y muy ameno. Este es un libro que hay que comprar si uno tiene cierto interés en la cocina, independientemente del nivel. Da para todos los gustos y gastro-experiencias.
Este pudín se puede rellenar sólo de manzanas, o hacer un mix de manzanas y bayas. O sustituir las manzanas por peras, melocotones, mango o cualquier fruta carnosa. Lo bueno es que, aparte de lo fácil que resulta prepararlo, me parece que es un postre bastante sano. La cantidad de azúcar se puede reducir muchísimo. Si hacen alguna sustitución, dejen un comentario contando qué tal. Lo preparé un jueves por la tarde y ya no quedaban ni las migas el sábado por la mañana. Hugo declaró que era probablemente uno de los mejores postres que ha comido. Sospecho que haremos esta receta muchas veces, y que estaremos copiando muchas otras de Darina Allen…
- Pelar, sacar el centro y lajear las manzanas (yo las corto algunas largas y otras cortas, para darle más textura al relleno). Ponerlas en una olla mediana con 1 cucharada de agua y el azúcar, cubrir y asar hasta que empiecen a suavizarse (traten de que no se pasen, para que no queden tipo compota).
- La cantidad de azúcar depende del diente de cada quien. Aquí en la casa nos gustan las cosas ácidas, así que tendemos a ponerle menos. Supongo que si usan melocotones o duraznos, que son mucho más dulces que la manzana, se puede reducir el azúcar a su mínima expresión.
- Como escribí en la introducción, se le pueden agregar bayas: moras, arándanos azules, lo que se les ocurra. Como todavía no es temporada y las que venden están carísimas, utilicé un poquito que me quedaba congelado (de bayas mixtas: frambuesa, arándanos azules, moras y fresas). Creo que lo importante es tratar de mantener la cantidad total (700 g aproximadamente). Como las bayas son pequeñas y se deshacen más rápido, las incluí a las manzanas justo antes de retirar del fuego, mezclando bien.
- Echar las frutas cocidas en un molde enmantequillado para pie (con capacidad para 900 ml, aproximadamente). Como pueden ver en la foto, yo utilicé un refractario pyrex (de litro y medio).
- Precalentar el horno a 200º C / 400º F / Gas 6 (o un poco menos si el horno es muy potente).
- En un recipiente aparte, batir la mantequilla hasta que esté cremosa, añadir poco a poco el azúcar y seguir batiendo hasta que la mezcla esté ligera y esponjosa.
- No recomiendo usar margarina, porque el bizcocho no queda tan gustoso y la textura no es igual.
- Añadir poco a poco el huevo previamente batido y mezclar hasta que se incorpore por completo.
- Cernir la harina y agregar a la mezcla con movimientos envolventes (sin batir). Añadir la leche (cucharada por cucharada) hasta conseguir una consistencia gruesa pero todavía líquida (lo que en inglés se dice dropping consistency, es decir, que si se pone la mezcla en una cuchara, no se quede completamente pegada al voltearla).
- Untar esta mezcla sobre la fruta. Para hacer el trabajo más fácil, les sugiero usar la parte de atrás de un cucharón mojado. Es importante conseguir la consistencia adecuada porque si la masa está muy densa, se hace muy difícil esparcirla bien sobre la fruta.
- Hornear por unos 20-25 minutos, o hasta que el bizcocho esté dorado y firme al tacto en el centro.
- Salpicar de azúcar extrafina (caster) y servir tibio (acompañado, si son unos gorditos de corazón, con custard -natilla al estilo anglo-, crema batida o helado de vainilla).