Esta torta húmeda (y no demasiado dulce) es fácil y deliciosa (y no hay que preocuparse demasiado por la apariencia). La receta es tomada de Irish food and cooking, Biddy White & Georgina Campbell. Según el libro, es típica del sur de Irlanda y se puede comer fría o tibia, acompañada con crema o con custard por encima (una especie de natilla más aguada que la nuestra).
INGREDIENTES
2 tazas (225 g) harina leudante
Una pizca de sal
Una pizca de clavos en polvo ó pimienta de Jamaica/guayabita (allspice) ó especias mixtas (canela, nuez moscada y clavos)*
1/2 taza (115 g) mantequilla, a temperatura ambiente
3-4 manzanas para cocinar (Bramley)**
1/2 taza (115 g) generosa de azúcar superfina (caster)
2 huevos, batidos
Chorrito de leche
Azúcar (morena) para salpicar (2-3 cucharadas, aproximadamente)
- Precalentar el horno a 190º C / 375º F / Gas 5 y engrasar un molde para tortas de 20 cm / 8″.
- Cernir la harina, sal y especias juntas en un recipiente grande.
*Nota sobre las especias: En la receta original sólo se sugiere usar clavos en polvo. Como a Hugo no le encanta el sabor a clavo, lo sustituí por guayabita (allspice), pero también la he hecho con un mix de canela, nuez moscada y clavos (que usualmente se vende con el nombre de mixed spice o pudding spice). Cualquiera que se escoja, les recomiendo no poner demasiado (en especial canela), para que no opaque el sabor de la manzana.
- Dos alternativas para incorporar la mantequilla:
a) Simplemente echarla y «disolverla» en la harina con la punta de los dedos hasta conseguir la textura de migas finas.
b) Poner harina con especias y mantequilla en una licuadora o procesador y darle toques hasta que se formen las migas.
- Pelar y descorazonar manzanas, y cortar finamente. En la receta original no se especifica cómo, pero se asume que se lajean. Yo hago una mezcla de lajas largas y finas, y trozos más gruesos y pequeños, para darle más textura a la torta.
**Sobre el tipo de manzanas: como en casi todos los postres de manzana, se suele utilizar la Bramley, que tiene un sabor fuerte, casi astringente, y que al cocinarse se suaviza un poco sin perder el sabor. Si no consiguen, también pueden usar manzanas verdes tradicionales (Granny Smith).
- Agregar las manzanas a la harina junto con el azúcar. La mayoría de los postres suelen hacerse con azúcar extra fina (caster), porque se disuelve mejor y no se sienten los granos, pero no pasa nada si usan azúcar convencional.
- Añadir los huevos previamente batidos y un poco de leche (tal vez una o dos cucharadas) y revolver hasta conseguir una masa gruesa. Esta es la única parte fastidiosa de la receta: como la mezcla no es homogénea por los trozos grandes de manzana, no es fácil incorporar el líquido a los ingredientes secos. La primera vez que la hice, pensé que había leído mal, o que la cantidad de líquido tenía un error, pero no: la razón por la cual no se pide más que dos huevos y un chorrito de leche es que la manzana va a botar su jugo durante la cocción. El chorrito de leche que pide la receta sirve, junto con los huevos, para cohesionar la harina. Mi recomendación es meterle la mano a la masa sin miedo y revolver hasta que todo se humedezca. Luego, con una cuchara, despegarse lo que quede entre los dedos.
- Verter la mezcla en el molde engrasado, emparejar la superficie con una espátula o la parte de atrás de una cuchara (mojada, para que no se pegue demasiado) y salpicar de azúcar. En lo personal, prefiero utilizar morena cuando se trata de crear una costra crujiente en tortas, muffins y panes dulces pero, como siempre, no importa si utilizan azúcar blanca.
- Hornear por 30-40 minutos, hasta que dore y se sienta elástica al tacto (si la aprietan un poco con los dedos, debería volver a inflarse).
- Dejar enfriar un poco antes de desmoldar.
- Una vez fría, guardar en un recipiente hermético para que no se seque.
Como puse en la introducción, se puede servir tibia con crema o natilla (custard), o fría.