En estos días en que el clima está decente y provoca pasar toda la mañana en el parque, hemos retomado la costumbre de ir al Farmers’ Market que hacen todos los sábados. Cuando uno llega temprano, dan ganas comprar todo lo que ofrecen, empezando por los quesos y terminando por las aceitunas y antipastos. El tema de estos mercaditos y del movimiento Slow Food (como oposición al fast food) está de moda. Sin ánimos de militancia apasionada, debo decir que yo también estoy de acuerdo con sus fundamentos: retomar tradiciones locales, favorecer productos frescos y, en pocas palabras, tomárselo con soda en la cocina… En esta línea, una chef irlandesa famosa (Clodagh McKenna) escribió un recetario-guía llamado The Irish Farmers’ Market Cookbook (Ed. Collins), con la idea de reseñar a los principales productores de cada región y sus especialidades, a la vez que da recetas bastante sencillas usando ingredientes estacionales y locales.
Tanto preámbulo para decir que esta receta (y la siguiente también), son tomadas de este libro, con algunas variantes personales. Estas berenjenas se pueden comer como tapa, como entrada o como plato vegetariano.
- Lavar y cortar las berenjenas longitudinalmente con un grosor de medio centímetro, aproximadamente (pueden dejarlas más gruesas sin quieren, pero me parece que es más delicado cortarlas más finas). Rociar con bastante sal por ambos lados y acomodar en un colador. Dejar por una media hora. Esto ayuda a que la berenjena bote líquido y amaine el regusto amargo que tienen.

- Mientras tanto, en una sartén seca (sin aceite) tostar las almendras a fuego medio-alto, removiéndolas constantemente hasta que se doren. Tengan cuidado, porque se queman fácilmente.
- Una vez que las berenjenas hayan «llorado», eliminar el exceso de líquido con papel absorbente (las pueden lavar también, pero hay que secarlas muy bien, y luego hay que ponerles un poco de sal extra).
- Calentar un grill a fuego alto (o medio-alto, si tienen cocina de gas y la llama es muy fuerte). Cuando el grill esté bien caliente, poner las berenjenas vuelta y vuelta hasta que se doren por ambos lados.
- En la receta original, en lugar de hacerse al grill, las berenjenas se fríen en aceite de oliva.
- Si quieren, antes de echarlas al grill, pueden salpicarlas con un poquito de aceite.
- Dejar enfriar un poco hasta que estén manipulables.
- Como pueden ver en la foto de abajo, el queso de cabra es bastante suave (pero no tanto como un ricotta o requesón). También he utilizado del que venden en «tronquito», tipo el chèvre francés, y queda bien.
- Para armar las berenjenas, basta con ponerles una cucharadita de queso (cantidad al gusto del gastrolector) en la parte más ancha, poner un puñado de almendras, salpicar con pimienta negra recién molida, unas gotas de aceite de oliva extra virgen, y coronar con la rúcula. Si lavaron las berenjenas en lugar de secarlas con papel absorbente, entonces echar unos granitos de sal gruesa. Enrollar hacia la parte más delgada y poner sobre el plato de servir.
- Usar calabacines tipo europeos (no los venezolanos, que son más aguados). Vean aquí las diferencias.
- Cortar los calabacines un poco más finos.
- No hace falta salar y poner a llorar, como a las berenjenas.
- Hay que ponerles un poco de sal antes de enrollar.