Una de las ventajas de la globalización y de las migraciones masivas es que ahora, en cualquier ciudad medianamente grande del mundo, se puede disfrutar de la cocina más exótica con cierto nivel de autenticidad. Si no me creen, piensen que apenas hace diez años poca gente de mi generación sabía lo que era el sushi. Y sin ir muy lejos, para la gente que creció en la Venezuela de los años ochenta, una manzana o una pera eran delicatesses que casi no se conseguían. Hoy en día, en cambio, puedo ir al mercado que queda a dos cuadras de mi casa y conseguir garam masala en el estante de los condimentos, lechozas (=papayas) y mangos en cualquier época del año, o mole poblano en el pasillo de las comidas «étnicas».
Toda esta introducción sólo para decir que hace unos días fui a un demo de comida marroquí, y para sacarle el máximo provecho a los €50 que me costó, aquí les transcribo las recetas y algunos tips que dio la chef. Ya preparé los platos en casa, así que están (literalmente) probados y comprobados. Son bastante fáciles de hacer, y el resultado es DELICIOSO.
- Hummus marroquí
- Sopa de lentejas rojas, tomate y naranja
- Tagine de cerdo con arroz aromático
- Ensalada de naranja y dátiles
- Cuscús marroquí
- Torta de almendras y naranja
En esta edición, el hummus y la sopa. El resto… coming soon!
HUMMUS MARROQUÍ (Byesar)
150 g de habas frescas o congeladas (broad beans)
2 dientes de ajo, pelados
1 cdta semillas de comino
3 cds aceite de oliva (o más, si es necesario)
Sal
Y para servir:
Hojitas de menta
Más comino
Pimienta cayena (aunque con paprika también sirve)
Pan o pita
- Hervir las habas hasta que estén suaves, por unos 10 minutos si son congeladas (si son frescas, hay que dejar remojando toda la noche y cocer por 40-60 minutos). Escurrir bien.
- Calentar una cucharada de aceite en una olla y freír el ajo y las semillas de comino hasta que suelten el olor.
- Quitarle la piel a cada haba una vez que se enfríen (trabajo chino, pero esto marca la diferencia en el sabor). Botar la piel.
- Licuar las habas, ajo, semillas de comino (+ sal al gusto) y suficiente aceite de oliva hasta formar una pasta suave . La chef del demo, además, le puso una lata de garbanzos para darle extra sabor.
- Decorar con la pimienta cayena, más semillitas de comino y menta. Servir con pan o pita.
Hugo y yo solíamos poner pan de pita aliñado en nuestros saraos, en lugar de doritos o porquerías con amarillo #5. Esta idea es en parte propia, en parte de nuestro chef favorito: Emeril. Para «envenenar» la pita (¿o EL pita?): cortarla en triangulitos y ponerla en un bol profundo, rociar con suficiente aceite de oliva como para que los condimentos de adhieran, espolvorear (con rabia) ajo, sal, pimienta, paprika, comino en polvo y orégano. Meter en el horno a 300ºC por unos 10 minutos, hasta que la pita esté crujiente.
En la próxima entrega, sopa de lentejas rojas.