Este plato es un éxito cuando hay que alimentar a un ejército, cuando hay poco tiempo para cocinar, cuando hay niños en el panorama, para llevar a potlucks o reuniones, para cocinar en cantidades industriales y congelar, etc. etc. etc. Olvídense de los chilis con carne flotando en grasa de los diners americanos. Aquí les pongo dos versiones: la tradicional con carne, y la vegetariana. El nivel de picante lo controlan ustedes (no me importa ofender a los puristas 😆).
INGREDIENTES
(Para unas 6 personas)
2 cebollas medianas, cortadas en cuadritos
1 pimentón verde grande, cortado
2-3 palitos de célery/apio, cortados
3 dientes de ajo machacados
2-3 cdas pasta de tomate
500 g carne molida / 1 coliflor grande para un chile sin carne, cortado pequeñito (tipo coulirice)
2×400 g latas de tomates (no entero, sino en pulpa)
Pimienta Cayena
Orégano
Perejil (puede ser seco o fresco)
Páprika
Pimienta negra
Comino en polvo
Sal
Lata de frijoles rojos
Tabasco o salsa de chipotle
Para servir:
Queso cheddar, rallado
Totopos / tortilla chips
Crema agria / Sour cream
Aguacate
- En una buena olla de fondo grueso, echar un chorrito de aceite (de oliva o de canola) y sudar la cebolla, el célery y el pimentón hasta que se suavicen.
- Agregar el ajo y la pasta de tomate. Dejar caramelizar un poquito.
- Agregar la carne molida y revolver hasta que la carne cambie de color (es decir, que pierda su color rosado).
- Como pueden ver, el nivel de grasa de este plato lo pone la calidad de la carne que usemos. Si quieren usar una carne bastante magra, buenísimo. No afecta ni la humedad ni el sabor final.
- Añadir las latas de tomate y sazonar al gusto. Dos latas hacen que quede bastante líquido, pero me gusta reducirlo por un buen rato para que el sabor quede más intenso. Dejar mermar a fuego medio bajo hasta que se haya evaporado casi todo el líquido.
- Recuerden que tanto la cayena como la páprika son picantes. Aquí es donde pueden controlar el sabor. Si aguantan y les gusta el picante, también se le puede poner chipotle en adobo picadito, o agregar aros de jalapeño a la hora de servir.
- Para la versión vegetariana, invertir el orden: agregar primero una lata de tomate (dos latas es demasiado), reducir un poco el líquido por unos 10-15 minutos a fuego medio bajo, y luego agregar el coliflor y cocinar por unos minutos más, de modo que mantenga cierta consistencia.
- Otra alternativa es ponerle quinoa, en lugar de (o junto con) coliflor. Les sugiero preparar la quinoa aparte, siguiendo las instrucciones del paquete, y luego agregarla una vez mermado un poco el tomate. Usar quinoa es una alternativa buenísima, porque rinde un montón y absorbe todos los sabores súper bien.
- Agregar la lata de frijoles (bien colada) y revolver por algunos minutos.
- Echar unas goticas de Tabasco (o salsa de chipotle, para un sabor más ahumado), probar y ajustar la sazón.
- Servir con un buen cheddar fuerte rallado y algunos totopos o chips. A mis niños les gusta también con un toque de crema agria, y aguacate.
Chili tradicional Chili con coliflor Chili con quinoa Full display Con totopos, aguacate y cheddar blanco
- Nota final. Como puse en la intro, el chili con carne es buenísimo para congelar. De hecho, hasta diría que es de esos platos que mejora con el tiempo. También es súper versátil para llevar como almuerzo al colegio.