Mantequilla de maní / cacahuate

Esta es una de esas cosas tan fáciles de hacer que uno no se lo cree. La ventaja de vivir en el sureste asiático es que puedo conseguir maní crudo ya pelado en cualquier parte, cosa que facilita infinitamente el proceso. Si ustedes sólo consiguen con piel, abajo les cuento cómo quitársela.

Esta es la receta base. Ya se podrán imaginar las mil variaciones: con aceite de coco, con cacao, con miel, con molasses, con trocitos, sin trocitos, solo con maní, con otras nueces, muy tostado… En fin, es cuestión de experimentar y ya. ¿Qué se necesita? Un procesador (de esos con aspas anchas), frascos esterilizados y horno.

Para aprender cómo esterilizar los frascos, pueden leer aquí.

INGREDIENTES

600 g maní pelado crudo/sin tostar
10 g aceite coco (opcional)
35 g monk fruit o stevia* en polvo [ver abajo notas sobe estos ingredientes]

  • Precalentar el horno a 160-170 °C / 320-340 °F. En una bandeja amplia (con borde), distribuir el maní pelado de manera que haya una capa fina. Es preferible tostarlo en dos o tres tandas, y no apilarlo demasiado. Si el horno es potente, les sugiero poner el reloj y chequear cada 5 minutos, mezclando cada vez para que todo se tueste uniformemente. Mi horno es bastante agresivo, así que a 160 °C se demora unos 20 minutos, 18 si lo pongo a 170 °C . Calculen entre 20-25 minutos, pero insisto: la primera vez que tuesten no le quiten el ojo de encima. Al final de la cocción, el maní puede pasar de tostado a chamuscado en cuestión de un minuto.
    • ¿Qué tan oscuro hay que dejarlo? Eso es a gusto del consumidor. Siempre es una buena práctica probarlo para saber si está suficientemente cocido adentro, y si el sabor está bien. Hay gente que lo prefiere más oscuro (con un toque más fuerte), o más claro.
  • Una vez que está listo, dejar enfriar un poco (no vaya a ser que el calor derrita el mecanismo del procesador).
  • Una vez que el maní esté un poco menos caliente, ya se puede pasar al procesador. Aquí abajo pueden ver una progresión del proceso. Al principio parece que está muy seco el picadillo, pero al cabo de un minuto, minuto y medio, ya el maní comienza a soltar su aceite natural y se convierte en una pasta (sin necesidad de echar agua o aceite extra). El tiempo depende de la potencia de su procesador. Este que ven en las fotos era pequeño y manual (de esos que vienen con blender, batidor, etc.), con un motor sin mucha potencia y con poca capacidad en el recipiente, así que tenía que hacer varias tandas, agregando un poquito del azúcar cada vez. Ya para la tercera, el motor estaba que echaba chispas, así que tenía que esperar a que se enfriara. Pero en total, cada tanda demoraba unos tres minutos a máxima velocidad para conseguir la textura de la última foto. Ahora me compré un procesador Panasonic con mejor motor y más capacidad, así que me tardo alrededor de 2-2.5 minutos por tanda. Al final mezclo todo bien (para distribuir el azúcar), y luego envaso.
    • Sobre el tipo de endulzante. En realidad, la mantequilla de maní se puede hacer sin absolutamente nada de azúcar. Con la tostada, ya el maní tiene un sabor bastante dulzón. Cuando hicimos la transición de las marcas comerciales a la mantequilla casera, obviamente los niños se negaron a la versión sugar-free, así que experimenté un poco, y al final me gustó con esta proporción de dulce que ven en esta receta. Aquí en Malasia consigo un tipo de stevia (marca Mewah), que es en realidad un mix, nada amarga. Luego descubrí el monk fruit (de esta marca), que endulza un montón. He probado también con miel y con azúcar morena (tal vez en doble cantidad que estos endulzantes dietéticos), así que, como pueden ver, hay que jugar un poco y encontrar el punto que les guste.
    • Así mismo, aunque no parezca, no hace falta ponerle ni una gota extra de aceite (de ningún tipo). Una vez que se convierta en una mezcla pastosa, el maní va a soltar su aceite natural. La única razón por la que se le podría poner aceite de coco, por ejemplo, es para variarle un poco el sabor.

  • Como dije arriba, la textura es a gusto del consumidor. Si la quieren absolutamente sedosa y sin trocitos, aparte de procesarla por más tiempo, luego hay que pasarla por un colador fino.

  • Luego se envasa en los frascos esterilizados, y se puede guardar a temperatura ambiente. Si los frascos están bien limpios, si no meten cucharas sucias, si el maní está bien tostado, la mantequilla de maní dura eternidades. Lo peor que puede pasar es que, al cabo del tiempo, se ponga rancia.

  • Para pelar maní: Básicamente la técnica es tostar el maní con piel por unos 5-10 minutos, y luego frotarlo (puede ser con un paño de cocina). En este video pueden ver una técnica genial (y desastrosa) sobre cómo separar la piel.
  • Última nota. Si al cabo de unos días se le forma una capa de aceite por encima, es perfectamente normal. Solo hace falta revolverla de nuevo.

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