TORTA DE PLÁTANO

En estos días en que he estado actualizando bastante el blog (compensando por el abandono del 2008), me di cuenta de que casi no hemos publicado recetas venezolanas. Peor aún, no hemos montado sino un par de platos de los que hacemos frecuentemente en casa. Es cierto que muchas de las recetas publicadas ya forman parte de nuestro paladar habitual (la cochinita pibil, los kebabs, por ejemplo). Pero inconscientemente, supongo, nos hemos dedicado a resaltar sólo las cosas exóticas o novedosas que cocinamos. También es cierto que tratamos de no repetir demasiado, pero siempre hay sabores recurrentes que usualmente están ligados a nuestro bagaje cultural. La idea original del blog era no sólo compartir algunas recetas de nuestros libros favoritos, sino también asentar por escrito parte de la tradición familiar. Siempre resulta complicado escribir recetas personales, porque todo se mide «al ojo», pero vale la pena hacer el intento.

Esta torta de plátano es un clásico de mi mamá. No sé de dónde la sacó, si es inventada o heredada de mi abuela Gloria. Hace un par de años participamos en un festival internacional, haciendo un demo de comida criolla. Les preparamos un montón de cosas, y para terminar, pensé que éste era el postre más rápido, fácil y «exótico» que les podíamos mostrar. Tuvimos nuestras dudas porque, en lo que respecta a presentación, la pobre torta de plátano se lleva el último premio, pero podemos dar fe de que los asistentes al demo se chuparon (literalmente) el plato. Al final muchos se acercaron a comentarnos lo buena e inesperada que les resultó la combinación de sabores. Y es que de eso se trata, en muchas ocasiones, la gastronomía venezolana: mezclar lo dulce con lo salado, lo suave con lo duro, lo negro con lo blanco.

En fin, después de tanto preámbulo, les informamos a nuestros cuatro gastrolectores que de ahora en adelante haremos el intento de copiar más recetas «caseras» y criollas. Supongo que cada familia venezolana tiene su propia versión, pero aquí les va la nuestra de la deliciosa torta de plátano.

ACLARATORIA para los no-caribeños:
Plátano (Musa paradisiaca) aquí se refiere NO a la banana/banano/guineo/cambur (el que se come crudo), sino al grande, de concha más dura que se debe cocinar (en México se llama plátano macho, y en inglés se llama plantain).

INGREDIENTES

Para 6 personas

4 plátanos grandes, maduros
Aceite para freír (NO de oliva)
1 lata leche condensada
2 tazas queso blanco duro rallado
Canela en polvo, al gusto


Versión sencilla

  • Pelar y cortar los plátanos en tajadas. Freír en aceite bien caliente hasta dorar (tratar de no quemar) y poner sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite.
  • Precalentar el horno a 350ºF / 180ºC.
  • En un pyrex cuadrado de 23×23 cm / 9×9″ (o molde que se pueda meter en el horno), poner una capa de tajadas cubriendo completamente el fondo, luego untar esa capa con 1/3 de la lata de leche condensada, y coronar con bastante queso blanco.
  • Repetir hasta que se acaben las tajadas. 4 plátanos grandes suelen ser suficientes para 3 capas. Terminar con leche condensada, bastante queso y rociar canela en polvo por encima.
  • Hornear por 25-35 minutos, hasta que el queso se derrita, se dore un poco y se formen burbujas color caramelo en la leche condensada. Dejar enfriar un poco antes de servir, si no quieren echarse la quemada del siglo.


Notas extra (versión extendida)

Sobre la madurez del plátano:

  • Este postre no puede hacerse con plátano verde (queda tieso, seco y harinoso). Mientras más maduro el plátano, más dulce el resultado final. La siguiente explicación puede resultar bastante obvia para un venezolano o puertorriqueño, pero va para los lectores no-caribeños, en caso de que no sepan cómo escoger un plátano maduro: a diferencia de la banana, el plátano maduro DEBE tener pintas negras en la concha. De hecho, a medida que se va madurando, se pone más negra. El problema de usar plátanos muy maduros es que son más resbalosos a la hora de cortar las tajadas, y absorben mucho más aceite al freírse.
  • Yo nunca uso plátanos demasiado maduros, sino cuando todavía están lo suficientemente firmes para no magullarse cuando se agarran con la mano una vez pelados.

  • Para hacer las tajadas: dividir el plátano en tres secciones y lajear (rebanar) cada una longitudinalmente tres o cuatro veces, dependiendo del grosor del plátano.
  • ¿Dónde conseguir plátanos? Si viven en Estados Unidos, hoy en día no es difícil conseguirlos. Whole Foods, cualquier mercado oriental (en Malasia y Filipinas se come mucho) o en mercados caribeños o africanos también. Si viven en España, supongo que se puede perseguir a cualquier ecuatoriano y preguntarle. Si viven en Irlanda o en Inglaterra, en cualquier mercado chino o africano hay (y en Tesco he conseguido a veces). Por supuesto, hay que esperar años para que se maduren (y no siempre se maduran bien, en especial en invierno).

Sobre el aceite:

  • Nadie dijo que éste era un plato sano y dietético, así que no se puede usar aceite de oliva. Por tres razones: una, no es un ingrediente autóctono (¿usted ha visto olivares en el trópico?); dos, en Venezuela freír con aceite de oliva es como llenar una tina de baño con agua Evian; tres, el sabor del aceite de oliva es demasiado fuerte y no combina con el plátano. Alternativas: aceite de maíz, aceite de girasol (y si quieren llevarlo a un nivel más tropical aún, aceite de coco).
  • A la hora de freír, les recomiendo usar suficiente aceite como para que las tajadas queden sumergidas (deep fry). Esto ahorra tiempo y las dora uniformemente. De todos modos, hay que voltear un par de veces cada tajada para que se cocine bien (calculo que 2 minutos por lado es suficiente). También es recomendable no meter demasiadas a la vez, sino ir friéndolas por tandas (no importa que se enfríen).

Sobre la leche condensada:

  • Sin duda, ésta es la versión urbana, americanizada, de la torta de plátano. Si quieren ser puristas y tradicionales, se puede sustituir la lata de leche condensada por un «melado de papelón». «Dejá de hablar en guaraní», me diría una querida amiga argentina. Aquí está la traducción: papelón es una panela de melaza hecha de caña de azúcar (según Wikipedia, en otras variantes de español se le llama piloncillo, panela, raspadura, rapadura, atado dulce, chancaca, empanizao o panocha). En inglés el equivalente es molasses, y en India y Pakistán hay algo similar llamado gur o jaggery.
  • Para hacer el melado de papelón, se pica en pedacitos la panela (unos 250 g) y se pone en una olla con una taza de agua y varios clavos. Se cocina a fuego medio-alto, revolviendo para disolver, hasta que tome la consistencia de una miel espesa (entre 7-10 minutos). Colar para eliminar los clavitos (y además, la panela usualmente viene con impurezas). Scannone sugiere que se pruebe el papelón antes y, si está muy salobre, se agregue un poco de azúcar también. Usar este melado del mismo modo que se indica arriba (1/3 en cada capa de plátano).
  • Las siguientes tres fotos muestran la torta hecha con melado de papelón:

Sobre el queso blanco:

  • El queso blanco venezolano es parecido al queso fresco mexicano, o al panir indio. Es un queso suave, y si es del tipo llanero es fácil de rallar (y no es demasiado salado). En Estados Unidos se consigue en Whole Foods (como «queso fresco» o «queso mexicano»). Si no hay un equivalente donde viven, pueden hacer una mezcla de mozzarella con algún cheddar blanco suave (o mozzarella con feta desmoronado). La idea del queso en este postre es darle un toque salado que contraste con el dulzor del plátano y de la leche condensada. La desventaja de hacerlo con cheddar solamente, por ejemplo, es que la torta queda más grasosa (el queso blanco es bastante «light»).

Sobre la canela:

  • Si el gastrolector es amante de la canela, puede espolvorear cada capa al armar la torta, en lugar de hacerlo sólo en la última.

Si se animan y preparan la torta, no sean flojos y dejen un comentario a ver qué les parece y qué cosas se pueden mejorar en la receta (cantidades, explicación, ingredientes extra, etc.). En Venezuela se come tanto como postre como acompañamiento de comida salada.

MUFFINS INTEGRALES DE CAMBUR/BANANA Y NUECES

Después de echar un vistazo a la sección de postres de este blog, el lector no tardará en darse cuenta de que esta gastrocronista, como buena venezolana, es amante del cambur (banana, banano, guineo, plátano). Y de los muffins también. Así que en esta ocasión, les copio una receta fácil y rica que combina a ambos, basada en ésta de allrecipes.


INGREDIENTES

Para 12 muffins

1 1/2 tazas (190 g) harina integral
1 cdta (3 g) polvo de hornear
1 cdta (5 g) bicarbonato de sodio
1/2 cdta (3 g) sal
Nuez moscada*, al gusto (aprox. 1/4 cdta)
3 cambures/bananas, machacad@s
1/2 taza azúcar morena + 2-3 cdas miel (ó 3/4, 150 g, azúcar blanca)
1 huevo
1/3 taza (75 g) mantequilla, derretida
1/2 taza nueces o pacanas, picadas (grosor dependiendo del gusto personal)

  • Precalentar el horno a 350ºF / 175ºC. Engrasar los moldes para muffins, o ponerles papelitos.
  • Cernir en un recipiente mediano la harina, polvo de hornear, bicarbonato, sal y nuez moscada* (si no tienen o no les gusta el sabor, se puede sustituir por canela en polvo, o por extracto de vainilla, agregado en el siguiente paso). La harina integral va a dejar un montón de trocitos en el colador, agregarlos de nuevo (la idea de cernir la harina no es eliminarle los trozos grandes, sino airearla y combinarla bien con los demás ingredientes secos). Reservar.
  • En otro recipiente grande, mezclar cambures (no tienen que estar perfectamente machacados, pueden dejarlos gruesos si les gusta la idea de encontrar trocitos en el muffin), azúcar (y miel, si usan), huevo y mantequilla. Agregar los ingredientes secos y las nueces picadas, y mezclar hasta que se forme una pasta suave, pero sin sobrebatir. Verter en los moldes.
  • Hornear por 10-15 minutos si están usando moldes para mini-muffins, o por 25-30 minutos si usan moldes grandes.

MOUSSE DE FRESA

No tengo fotos de este postre, pero igual vale la pena montar la receta, copiada de Cooking desserts (Murdoch Books). Es muy fácil, pero el resultado es rico y elegante. Supongo que se puede hacer con cualquier fruta suave, bayas en especial.

INGREDIENTES

500 g fresas/frutillas
250 g mascarpone
1/3 taza azúcar fina (caster)
1 cda gelatina en polvo sin sabor

  • Disolver el azúcar en media taza de agua (en una olla pequeña) a fuego medio-bajo, por unos 3-4 minutos. Luego espolvorear la cucharada de gelatina y revolver hasta disolver, un par de minutos más. Apartar del fuego y dejar enfriar un poco.
  • Lavar y quitarles el tallito a las fresas. Licuar hasta que la mezcla esté suave.
  • Agregar el mascarpone y mezclar bien.
  • Con la licuadora prendida, ir añadiendo poco a poco el líquido con el azúcar y la gelatina.
  • Verter en un molde de un litro y refrigerar toda la noche, o hasta que se asiente el mousse.
  • Para desmoldar, sumergir el molde en agua caliente por unos 10 segundos y voltear.

Notas

  • No creo que haya un buen sustituto para el mascarpone. Tal vez se pueda hacer el intento con queso crema, pero a la hora de endulzar hay que tomar en cuenta que éste tiene un punto de acidez superior al mascarpone.
  • Hay que asegurarse de disolver bien la gelatina, para que no le queden grumitos desagradables.
  • La receta original pide sólo una cucharada de gelatina, pero a mí no me asentó muy bien, así que la próxima vez le pongo un sobrecito completo (que da más o menos cucharada y media o dos).
  • Este postre hay que comerlo rápido, porque tanto las fresas como el mascarpone se dañan rápido.

TARTE TATIN DE PERAS


Delicioso y facilísimo, este postre se hace originalmente con manzanas, pero con peras queda igualmente bueno. En la receta original, tomada de Cooking desserts (Justine Harding, Murdoch Books), se recomienda usar peras corella, o alternativamente packman o beurre bosc.

INGREDIENTES

3½ cdas (50 g) mantequilla, en cuadritos
1/3 taza generosa (90 g) azúcar superfina (caster, granulada)
5 peras
10-12 pacanas
2 hojas de pasta de hojaldre, descongelada
Crema o helado de vainilla, para servir

  • Poner la mantequilla y el azúcar en un molde para tarte tatin de 20 cm (8″) o en una sartén pesada que se pueda meter al horno. Calentar a fuego medio-bajo, sin revolver, hasta que el azúcar se haya caramelizado y se dore (esto no tarda mucho, en especial si se usa cocina de gas). Si la mantequilla se separa, no importa. Quitar del fuego.
  • Pelar, picar por la mitad y remover las semillas de las peras, dejándoles los tallos. Arreglar las peras, con la parte cortada hacia arriba, haciendo un círculo sobre el caramelo, con los tallos mirando al centro del molde. Completar con una de las mitades en el centro, y rellenar los espacios vacíos con las pacanas. Cubrir y cocinar las peras sobre fuego bajo por 20 minutos, o hasta que estén suaves (pero no hechas puré).
  • Precalentar el horno a 190ºC (375ºF/ Gas 5). Poner una de las hojas de hojaldre sobre la otra y estirar con un rodillo firmemente hasta que se peguen y el círculo aumente en tamaño como para que cubra cómodamente el molde y sobresalga unos 2.5 cm. Colocar la masa sobre las peras, empujando suavemente las orillas entre las peras y el molde.
  • Hornear por 20 minutos, o hasta que se dore. Con mucho cuidado, drenar el exceso de líquido del molde y verter en una ollita. Hervir suavemente por unos 4-5 minutos, hasta reducir a un sirope.
  • Voltear la tarte tatin sobre el plato de servir y echarle el sirope por encima. Servir inmediatamente con crema o helado de vainilla.

Notas extra:

  • Voltear la tarta da como susto, pero es más fácil de lo que parece. Se pone el platón sobre el molde, y con la mano completamente extendida sobre el platón, se voltea el molde, tratando de hacerlo en un solo movimiento, de manera que la tarta no se resbale (o las peras se escurran para un lado).
  • Si usan una sartén, RECUERDEN que el mango va a estar ultra caliente al salir del horno. Esto parece obvio, pero a uno se le olvida por la costumbre. Créanme, sucede…

    MUFFINS DE ARÁNDANO AZUL (BLUEBERRIES)

    Nada como los muffins. Si le echan un vistazo a la lista de postres publicados en estas Gastrocrónicas, notarán que hay un montón de variaciones sobre el mismo tema. Supongo que es porque son fáciles de hacer, siempre saben distinto, a todo el mundo le gustan y aguantan bastante ensayo y error. Aquí les va una receta de mi autoría, aprovechando la abundancia de bayas en verano.


    INGREDIENTES

    Para 14 muffins medianos

    2 tazas harina no leudante
    2½ cdtas polvo de hornear
    3/4 taza azúcar (½ taza de blanca y ¼ de morena)
    1 huevo
    1/3 taza aceite vegetal
    ½ taza yogur griego
    ½ taza leche
    ½ cdta extracto de vainilla
    1½ tazas arándanos azules (blueberries)

    Glaseado (opcional)
    ½ paquete de queso crema, a temperatura ambiente
    2 cdas mantequilla, a temperatura ambiente
    2/3 taza azúcar impalpable
    1-2 cdas leche
    Vainilla al gusto

    • Precalentar el horno a 200ºC/400ºF y engrasar un molde para muffins (o ponerles los papelitos parafinados).
    • Medir la harina y el polvo de hornear y cernir en un recipiente mediano.
    • En un recipiente grande, batir el azúcar con el aceite, huevo, yogur, vainilla y leche. No hace falta usar batidora eléctrica. Añadir vainilla.
    • Incluir poco a poco la harina, mezclar bien sin sobrebatir, para que los muffins no queden tiesos.
    • Incorporar los arándanos y mezclar un poco.
    • Llenar los moldes y hornear por 20-25 minutos, o hasta que estén dorados y al insertar un palillo, salga seco.
    • Esperar unos 5 minutos, desmoldar y dejar enfriar sobre una rejilla.
    • Para el glaseado, batir bien el queso crema con la mantequilla (es importante que estén a temperatura ambiente, no derretidos, para que se mezclen bien), y luego añadir el azúcar impalpable.
    • Si queda demasiado espeso, se le puede echar poco a poco 1-2 cucharadas de leche, hasta que quede un poco más líquido (pero no demasiado, para que no se chorree por todas partes al untar sobre los muffins). Agregar una goticas de vainilla, al gusto.
    • Untar mientras los muffins estén tibios (no calientes, porque se derrite el glaseado). Si no se van a comer todos los muffins inmediatamente, se puede guardar en la nevera.

    Variaciones

    • En lugar de usar harina no leudante y polvo de hornear, se puede usar solamente harina leudante.
    • Si no tienen azúcar morena, no pasa nada con usar sólo azúcar blanca. El azúcar morena le da otra dimensión de sabor a los postres, un toque más afrutado y aromático.
    • En lugar de aceite vegetal, también se puede usar mantequilla derretida.
    • Si no consiguen yogur griego, cualquier yogur natural sirve también. A mí me gusta mucho cocinar con yogur griego porque es más cremoso. Si no tienen ningún tipo de yogur, igual se pueden hacer los muffins usando una taza de leche, en lugar de media. La ventaja de usar el yogur es que los muffins quedan húmedos por dentro, como de cafetería. Además, el toque ácido va muy bien con las bayas.
    • En lugar de blueberries, se puede hacer con grosellas (red currants), frambuesas, moras, melocotones en almíbar cortados en cuadritos, lo que se les ocurra. Ajusten la cantidad de azúcar de acuerdo a la acidez/dulzura de la fruta que usen.
    • Si no les llama la atención el glaseado, estos muffins se pueden rematar rociándolos con azúcar morena justo antes de meterlos al horno, o con azúcar impalpable una vez horneados.

    GALLETAS DE QUESO CREMA Y MANTEQUILLA


    A nadie le disgustan unas buenas galleticas de vez en cuando. Aquí les copio una receta distinta que usa queso crema y mantequilla. Ya se pueden imaginar el sabor… La receta es sacada de allrecipes, para variar.

    INGREDIENTES

    Para 6 docenas

    1 taza (200 g) azúcar blanca
    1 taza (225 g) mantequilla, suavizada (NO margarina)
    1 paquete (225 g / 8 oz) de queso crema, suavizado
    ½ cdta (3 g) sal
    ½ cdta (3 ml) extracto de almendras
    ½ cdta (3 ml) extracto de vainilla
    1 amarilla de huevo
    2¼ tazas (280 g) harina no leudante (o tal vez un poco más, si notan que la masa está muy aguada; yo he llegado a poner hasta 3 tazas)

    • En un recipiente grande, combinar azúcar, mantequilla, queso crema, sal, extractos de almendra y vainilla, y la amarilla de huevo. Batir hasta que todo esté suave y bien mezclado. Añadir la harina y mezclar bien.
    • Dos alternativas:

    a) dejar la masa como está, cubrir el recipiente con una tapa o papel envoplast/cling, o
    b) hacer una especie de rollo y guardarlo en papel encerado/parafinado.

    • Enfriar la masa por unas 8 horas en la nevera (parece un montón, pero este paso es inevitable).
    • Precalentar el horno a 375ºF / 190ºC.
    • Si se deciden por la opción «a», es decir, enfriar la masa si haberle dado ninguna forma, entonces enharinar ligeramente la mesa o superficie de trabajo y estirar la masa con un rodillo, usando sólo 1/3 cada vez y refrigerando el resto hasta que se vaya a usar (es importante trabajar con la masa lo más fría posible, para poder darles forma a las galletas y que la masa no se pegue en el rodillo, en la mesa o en los dedos). La masa estirada debería tener unos 3 mm de ancho. Cortar las galletas con las formas deseadas, enharinando también los moldes. Si eligen la opción «b», entonces simplemente enharinar un poco un cochillo bien afilado y filetear el rollo para sacar galletas redondas (igualmente, de unos 3 mm). Colocarlas en una bandeja no engrasada, dejando unos 2,5 cm de espacio entre cada una, para que no se peguen al crecer.
    • Las galletas se pueden dejar tal cual, para decorarlas después de horneadas, o se pueden untar con un poco de clara de huevo ligeramente batida y rociarlas con azúcar.
    • Hornear por 7-10 minutos, o hasta que estén ligeramente doradas. Dejar enfriar completamente antes de decorar.

    Notas extra:

    • Es importante usar mantequilla de verdad, no margarina, para que las galletas tengan un sabor delicioso. Leí en un review que era recomendable usar mantequilla sin sal, pero la verdad es que las he hecho con los dos tipos y no noto la diferencia.
    • Otras personas sugieren ponerle taza y media de azúcar (en lugar de una sola taza), pero a mí no me gustan taaaan dulces. Hagan la prueba con una taza, y si les parece insípido, siempre se puede poner un poco más.
    • Otra persona recomienda agregarle una cucharadita de polvo de hornear para que levanten un poco.
    • Algunas de las galletas en las fotos se ven fracturadas. Dos razones: las corté muy finas, y una de las bandejas que usé estaba muy viejita y se pegaron demasiado. Al tratar de levantarlas con la espátula por supuesto las rompí. Pero igual estaban ricas, en especial con ese decorado tan artístico y esmerado…

    PIE DE CALABAZA / PARADISE PUMPKIN PIE


    Cuando uno vive en el trópico jamás le presta atención al asunto de los vegetales y frutas «estacionales» -al menos yo no lo hacía. Ahora que vivimos en estas latitudes, nos hemos dado a la tarea de aprender qué cosa se da en qué temporada. Así, cuando los días se acortaron y llegó la hora de prender la calefacción, el cuerpo empezó a gritar por carbohidratos y azúcar. Y como uno no debe ignorar los llamados del cuerpo, salimos al mercado a ver qué nos ofrecía octubre. Calabazas por todas partes. Recordé entonces un postre gringo por excelencia que probé por primera vez en Pittsburgh: el pumpkin pie. Para los venezolanos, la auyama (=calabaza) es sinónimo de sopitas de abuela (¿quién se puede negar a los poderes curativos de la «sopa amarilla» después de una buena resaca?). Así que cuando mi querida amiga Nicole me regaló un pumpkin pie hecho por su mamá, lo miré con un poco de sospecha. Pero había que probarlo. Y lo probamos tanto que duró unos 15 minutos…

    Desde entonces, el pie de calabaza se convirtió en uno de los postres favoritos de Hugo. Regresando al octubre pasado y cruzando al charco, cuando encontramos calabazas en cada esquina, añoramos nuestros años en Pitt y recordamos con nostalgia a Nicole y a las manos mágicas de su mamá. Así que me puse a buscar recetas, hasta que di con esta poco convencional. El primer intento no quedó muy bien (se «marmoleó» involuntariamente) pero -para desgracia de todos- el otoño fue largo y tuve que hacerlo varias veces hasta perfeccionar la técnica, así que aquí les va la receta con notas y comentarios para que les quede de lujo. No es un postre fácil, pero no se desanimen. Son muchos pasos, pero vale la pena…

    INGREDIENTES

    1 (9″/ 22 cm) masa de pie (congelada, o casera)

    1 paquete grande (225 g / 8 oz) queso crema, suavizado
    ¼ taza (50 g) azúcar blanca
    ½ cdta (3 ml) extracto de vainilla
    1 huevo, batido

    1¼ tazas (300 g) puré de calabaza
    1 taza (235 ml) leche evaporada
    2 huevos, batidos
    ¼ taza (55 g) azúcar morena
    ¼ taza (50 g) azúcar blanca
    1 cdta (2 g) canela en polvo
    ¼ cdta (0,8 g) nuez moscada en polvo
    ¼ cdta (2 g) sal

    4 cdas (30 g) harina no leudante
    4 cdas (50 g) azúcar morena
    4 cdas (60 g) mantequilla, suavizada
    ½ taza (60 g) pacanas (pecans), picadas

    • Para la masa, pueden comprarla congelada, o ver una receta casera aquí.

    Para hacer la capa de cheesecake:

    • En un recipiente mediano, batir el queso crema hasta suavizarlo.
    • Agregarle ¼ taza de azúcar, luego el extracto de vainilla y 1 huevo. Batir la mezcla hasta que esté ligera y suave.
    • Enfriarla en la nevera por unos 30 minutos y esparcirla sobre la masa.
    • Para evitar que se «marmolee» con la capa de calabaza, es recomendable meter el pie (ya untado con el queso crema) por otra media hora en la nevera.

    Para hacer la capa de calabaza:

    • Precalentar el horno a 350ºF / 175ºC.
    • En Estados Unidos venden el puré de calabaza enlatado, pero la alternativa casera es fácil y más rica: comprar la calabaza de su preferencia (a mí me gusta el butternut squash, es dulce y carnoso), pelarla, cortarla en trozos medianos y hervirla (en agua sin sal) hasta que ablande, colarla bien y pasarla por pasapuré o licuarla. Dejarla enfriar por completo.
    • Medir la taza y cuarto que pide la receta (el resto se puede convertir en sopa, o se puede usar para hacer un pan de calabaza, muffins, etc.).
    • En un recipiente grande, combinar el puré de calabaza, la leche evaporada, los 2 huevos, ¼ taza de azúcar morena, ¼ taza de azúcar blanca, canela, nuez moscada y sal. Mezclar hasta que todos los ingredientes estén bien combinados.
    • Debería quedar una mezcla pastosa, no demasiado aguada. Si ven que está demasiado líquida (eso va a depender del tipo de calabaza), pueden agregar un par de cucharadas de harina, para que espese un poco y los tiempos de cocción no se alarguen demasiado. 
    • Verter la mezcla de calabaza con mucho cuidado, suavemente, sobre la capa de queso crema. Cubrir los bordes de la masa con papel aluminio (es un pie que requiere de mucha cocción; si no se cubren los bordes, se chamuscan rapidísimo).
    • Hornear en el horno precalentado por unos 25 minutos. Quitar el papel aluminio y hornear por otros 25 minutos más.

    Para hacer la capa de pacanas:

    • Mientras el pie está en el horno, combinar la harina y el azúcar morena en un bol pequeño. Mezclar bien, y luego añadir la mantequilla suavizada. Revolver hasta que todos los ingredientes estén bien mezclados. Incluir las pecanas y revolver más.  Dejar enfriar en la nevera. Antes de echarlo sobre el pie, es buena idea «trocear» la masa un poco con un par de cuchillos para que queden bolitas pequeñas (o migas gruesas); de esta manera, la capa queda súper crujiente.
    • Una vez que el pie haya estado en el horno por 50 minutos, sacarlo y rociarlo con la mezcla de pacanas, tratando de cubrir todo. Si los bordes están muy quemados, volverlos a cubrir con papel aluminio. Hornear por unos 10-15 minutos más, hasta que al pincharlo con un palillo en el centro, éste salga limpio.
    • Dejar enfriar un poco para que se asiente antes de cortar (de lo contrario, es probable que se desmorone).

      POSTRE DE YOGUR GRIEGO Y RUIBARBO

      Este postre es la cosa más fácil del mundo. Sólo se necesitan buenos ingredientes. Lo tomé de un programa de Jamie Oliver (Jamie at home). Aquí les va:

      1 kg ruibarbo (más info aquí o aquí en inglés)
      250 g azúcar (Jamie recomienda no refinada y/o saborizada con vainilla)
      Jugo de 1 naranja
      2 cdas agua

      Yogur griego natural
      Miel, aproximadamente 1-2 cdas
      Ralladura de 1 naranja

      Masa de hojaldre (puff pastry)
      Nevazúcar / azúcar glas / azúcar impalpable, 1-2 cdas.
      Canela al gusto

      La mermelada

      • Se corta el ruibarbo en rodajitas (el grueso depende del gusto personal: si les gusta la idea de una mermelada con trocitos, entonces cortarlo en rodajas de 1 cm de grueso, aproximadamente).

      • En una olla mediana (no tiene que ser demasiado profunda), poner el ruibarbo, espolvorear con el azúcar, el jugo de naranja y el agua. Dos notas:

      1) Si la naranja está muy jugosa, no agregar el agua.
      2) Si usan azúcar normal, pero igual les gusta el toque de la vainilla, añadir unas gotitas.

      • Cocer por 5-10 minutos a fuego medio, tapado, hasta que los trozos de ruibarbo se aplasten fácilmente si se presionan con una cuchara.

      El yogur

      • Aquí en Irlanda el yogur es tan rico, que apenas con una cucharada de miel basta para endulzarlo. Si el yogur es muy amargo, tal vez necesite un poco más. Se puede usar yogur normal también, pero el griego tiene una consistencia más firme. No olvidar la ralladura de la naranja. Yo no soy muy amante de las ralladuras, pero la verdad es que le da un gusto delicioso al yogur.

      La galletica

      • La masa de hojaldre se consigue en cualquier automercado congelada. Descongelar con tiempo, estirar con rodillo hasta que quede finita, cortar en tiras o en triangulitos y pasar por una mezcla de nevazúcar con canela por cada lado.
      • Luego tostar en sartén hasta que se doren.

      Servir el yogur con una cucharada (o dos, o tres) de la mermelada y coronar con una galleta. Listo el pollo.

      BRAZO GITANO

      Este postre es facilísimo y en inglés lo describirían como un «crowd pleaser». La única advertencia que les puedo hacer a los lectores es la siguiente: no inventen, no lo rellenen de mermelada, frutas o cosas semi-sanas. El brazo gitano está diseñado para atacar al hígado, así que sólo puede rellenarse de dulce de leche / arequipe / manjar blanco o, en su defecto, crema pastelera. Algún arriesgado podrá intentarlo con nutella. Pero hasta ahí. No dura ni medio día en la mesa.

      Ésta es la receta de Mi cocina, de Armando Scannone, la biblia culinaria de los venezolanos (su equivalente argentino sería Doña Petrona, o Simone Ortega en España). Va con las modificaciones personales de siempre.

      INGREDIENTES

      4 huevos grandes (ó 5 pequeños)
      1/4 cdta sal
      1/2 taza azúcar
      1/2 taza harina
      Ralladura de 1/4-1/2 limón (dependiendo del gusto personal)
      Mantequilla para engrasar el molde


      • Precalentar el horno a 350ºF / 180ºC.
      • Engrasar una bandeja de metal para hornear de 40x30x2.5 cm (o del estilo).
      • En un recipiente grande y hondo se ponen huevos, azúcar, sal y ralladura de limón. Se bate a alta velocidad por 15 minutos (esto parece un montón de tiempo, en especial si la batidora es manual y ya a uno no le dan los brazos, pero vale la pena el esfuerzo. Al final, debe quedar una pasta blanquecina).
      • Con movimientos envolventes se agrega la harina en forma de lluvia (NO batir para que la mezcla no pierda el aire y el bizcocho quede esponjoso).
      • Se vierte la mezcla en la bandeja engrasada y se hornea por 15 minutos, o hasta dorar (hacer prueba del palillo: pinchar y si sale seco, es que ya está listo).
      • Sobre una mesa se extiende un paño/repasador más grande que la bandeja, se espolvorea con azúcar (yo suelo usar morena). Se voltea la bandeja y se saca el bizcochuelo sobre el azúcar. Este paso es importante: si ven que el bizcochuelo se pegó de la bandeja, despegarlo con una espátula, cuidando no romperlo.
      • Inmediatamente se enrolla el bizcochuelo firmemente con el paño y se deja reposar de este modo por varios minutos para que agarre forma.
      • Se desenrolla y se extiende el dulce de leche sobre el bizcochuelo, formando una capa (no tan fina, no hay necesidad de escatimar en relleno).
      • Se enrolla nuevamente y se mete en la nevera hasta el momento de servir.

      PAN DE CHOCOLATE

      Esta receta está inspirada en un recuerdo de adolescencia. En esas tardes en las que el tráfico caraqueño, las hormonas, la humedad pre-aguacero y la infame música de los noventas partían la cabeza en dos, era una maravilla descubrir -cuando el ascensor llegaba al piso 11 y las puertas se abrían- el olor envolvente y mágico del pan de chocolate de Enna, mi vecina. No encuentro palabras para describir la sensación. El olor de cualquier pan recién horneado lo lleva a uno a un estado de paz y armonía con el universo. Si a eso se le suma el olor del chocolate caliente, que entra por la nariz y se clava en las pituitarias, con ese aroma terroso y tropical del cacao, entonces lo que resulta es un abrazo largo y apretado a los sentidos.

      Pero basta de cursilerías. Aquí les copio la receta, remotamente basada en ésta de allrecipes, con los comentarios y posibles variaciones de siempre. Se puede amasar con un ayudante de cocina o en máquina para pan, obviamente, pero para aquellos que vivimos en recesión permanente, con cocinas microscópicas en donde de casualidad cabe el microondas, la técnica artesanal es la única que vale.

      INGREDIENTES

      ¼ taza (60 ml) agua
      1 taza (235 ml) leche
      3 cdas (40 g) azúcar morena

      2 cdas (25 g) azúcar blanca

      1½ cdta (7 g) levadura en polvo (un sobrecito)

      1 huevo, ligeramente batido
      3-4 tazas (410-550 g) harina reforzada (para pan, en inglés
      strong flour, hard flour o bread flour)
      1 cdta (6 g) sal

      1 cdta (2 g) canela en polvo (opcional)

      1 cdta (5 ml) esencia de vainilla (opcional)
      1-2 cdas (15-30 g) cacao en polvo (opcional, si son muy amantes del chocolate)

      2 cdas (30 g) margarina, suavizada

      3/4 taza (125 g) chispas de chocolate (pueden ser semi-dulces o de chocolate de leche, al gusto)

      • Primero, hay que activar la levadura. Para esto, se calienta el agua y la leche (puede ser en el microondas). El líquido se debe sentir bien caliente, pero tolerable al tacto. Si queda demasiado caliente, se destruye la levadura y no crece el pan. Se le añade el azúcar, disolviendo bien, y finalmente la levadura. Se revuelve y se deja reposar por unos 10 minutos, hasta que se forme espuma sobre el líquido.
      • Mientras tanto, se miden 3 tazas de harina en un recipiente grande o sobre un mesón. Se le añade la sal (y la canela o el cacao, si se decide utilizar) y se revuelve un poco.

      Nota: Con respecto a la harina, se puede usar harina no leudante (normal). La ventaja de usar harina reforzada es que la consistencia es mucho mejor a la hora de amasar y de darle forma al pan, en caso de que no se quiera usar moldes. El pan que se ve en la foto está hecho con harina reforzada integral, por ejemplo.

      • Se le agrega la margarina (que debe estar suavizada, mas no derretida). Para suavizar la margarina, basta con dejarla un rato fuera de la nevera, y cuando ya esté a temperatura ambiente, remover un poco con un tenedor. Al añadirla a la harina, revolver bien con el tenedor, hasta que ya no queden grumos gruesos.
      • Agregar el líquido con la levadura y el huevo batido (y la vainilla, si se utiliza), y mezclar bien con un tenedor o cuchara de palo. Inicialmente la masa parece no tomar forma, hasta que poco a poco se va endureciendo. Algunos recomiendan que después de mezclar un poco, las masas se deben dejar reposando por unos 10 minutos para que la harina termine de absorber la humedad. Dependiendo del tipo de harina, a veces es necesario ir agregando un poco más a medida que se va amasando (vale la pena empezar sólo con 3 tazas e ir incorporando más poco a poco), hasta que la masa se depegue de los dedos. El amasado debe durar unos 8-10 minutos.
      • Cuando ya la cosa esté agarrando forma, se le agregan las chispas de chocolate. Si no consiguen chispas, no entrar en pánico. Picar en pedacitos el chocolate de preferencia y listo (mientras más grandes los trozos, más enteros quedan a la hora de hornear. Para no derretir el chocolate con el calor de las manos, les recomiendo amasar sólo lo suficiente como para distribuir las chispas.
      • Cubrir el recipiente con un paño (o poner la masa en un recipiente grande, si es que trabajaron directamente sobre el mesón) y guardar en el horno ligeramente caliente. Dejar reposar por una hora. En este tiempo, la masa debería crecer el doble de tamaño (tomar esto en cuenta a la hora de escoger el recipiente).
      • Si están desesperados por comer el pan, entonces una vez que crezca la masa, se golpea y se espicha/desinfla completamente y se procede al paso siguiente. Si todavía tienen tiempo y aguante, entonces se vuelve a cubrir y se deja reposar por una hora más para que crezca de nuevo (y así el pan queda más esponjoso).
      • Una vez desinflada la masa, si les queda lo suficientemente manejable como para que tome forma más o menos compacta, se puede poner directamente sobre una bandeja (engrasada y enharinada, o con papel parafinado/de cera/para hornear), en forma de pan redondo u ovalado (con un cuchillo afilado, hacerle un corte en forma de cruz al pan redondo, o tres cortes diagonales a la barra ovalada). La otra alternativa es usar un molde rectangular de pan, ligeramente engrasado y alineado con papel parafinado (así el desmoldado es más fácil).
      • Hornear a 180ºC/350ºF (en horno precalentado) por 30-35 minutos. Para probar que el pan esté listo, se golpea suavemente. Si el sonido es «hueco», entonces el pan está listo.


      Nota sobre los ingredientes opcionales:

      • En la receta original, el pan es condimentado con bastante canela. En mi opinión, ya el chocolate es suficientemente gustoso y no necesita más condimentos (ni canela, ni vainilla). Pero eso, por supuesto, depende del gusto personal.
      • Con respecto al azúcar, este pan lleva morena y blanca. Si no tienen morena, les recomiendo que usen 4 cucharadas de blanca (en lugar de 5), para que no quede tan dulce. Hay que tomar en cuenta también qué tipo de chocolate se utiliza. Si las chispas son de chocolate de leche, con 4 cucharadas de azúcar es más que suficiente. Esta vez utilicé sólo azúcar blanca, porque tenía en casa una moscabada, con mucho sabor a melaza, y como soy choco-purista, no quise alterar el sabor del pan.