AJOPORROS / PUERROS EN SALSA BLANCA, ESTILO IRLANDÉS

Este plato es una oda a Irlanda: ajoporros / puerros, lácteos, mostaza, tocineta…  Es bastante fácil y es una manera distinta de comer ajoporros.  La saqué de Irish Food & Cooking, de Biddy White Lennon y Georgina Campbell.  Pide mostaza irlandesa, que usualmente es una mostaza de grano entero hecha con whiskey irlandés, pero pueden usar cualquiera que tengan a mano, aumentando o reduciendo la cantidad según el gusto personal.  Si tienen tiempo, pueden hacer la mostaza ustedes mismos (aquí está la receta).

INGREDIENTES
Para 4-6 personas
4 ajoporros / puerros grandes (u 8 pequeños)
1 1/4 taza (300 ml) leche
8 tocinetas (opcional)
1 huevo, ligeramente batido
2/3 taza (150 ml) crema de leche
1 cucharada (15 ml) mostaza irlandesa
3/4 taza (75 g) queso rallado (cualquier queso que se derrita: mozarrella, cheddar, etc.)
Sal y pimienta negra, al gusto
  • Lavar bien y cortar los ajoporros en trozos bastante grandes.
  • En una olla mediana, poner los ajoporros con la leche, sazonar al gusto con sal y pimienta, y llevar a hervor, reducir el fuego y cocinar por 15-20 minutos, o hasta que los ajoporros estén tiernos pero no deshechos. Escurrir bien (pero reservar el líquido restante).
  • Pasar los ajoporros en un recipiente enmantequillado (no demasiado profundo).
  • Mientras tanto, si van a usar la tocineta, ponerla en una sartén y cocinar a fuego medio para que bote la grasa primero, y luego subir un poco el fuego y seguir cocinando hasta que se tueste y quede crujiente. 
  • Escurrir en papel absorbente y poner sobre ajoporros (enteras o en pedacitos, como gusten).
  • En la misma olla donde se cocinaron los ajoporros, mezclar bien el líquido sobrante, el huevo batido, la crema de leche y la mostaza.  Cocinar a fuego medio, sin llegar a hervir, hasta que la salsa espese un poco.  Probar y rectificar la sazón. Verter la salsa sobre los ajoporros.
    • El plato se puede servir tal cual, pero si deciden ponerle el queso…
  • Espolvorear el queso rallado sobre los ajoporros y dorar por algunos minutos bajo el broiler del horno.

Hongos a la Hugo, pez espada a la parrilla,
arroz y ajoporros en salsa blanca

PERAS CARAMELIZADAS CON QUESO AZUL

Otra receta de Clodagh McKenna para la semana de las tapas.  En este caso, el queso que usamos aquí es Cashel Blue, el queso azul irlandés, pero pueden usar el de su preferencia.  Yo no soy amante de estos quesos, debo admitirlo, pero la combinación de sabores y texturas de esta tapa son una gastro-maravilla.

INGREDIENTES
Para 4 personas
2 peras firmes
2 cucharadas de mantequilla, aproximadamente
2 cucharadas de miel
8 rebanadas de buen pan (preferiblemente de concha gruesa, ver nota abajo) 
Aceite de oliva extra virgen
150 g de queso azul
Sal y pimienta negra recién molida, si quieren
1 puñado de nueces o pacanas, picadas gruesas
  • Pelar las peras, cortarlas en cuartos, quitarles el centro y cortar en tiras finas.  
  • En un sartén a fuego medio-bajo, derretir la mantequilla y echar las peras y la miel.  Freír hasta que las peras se ablanden y se caramelicen, volteándolas frecuentemente.
    •  Troubleshooting: si compran peras muy jugosas, lo que puede pasar es que boten mucho líquido y no se frían.  No se preocupen, lo que se puede hacer es dejar que se ablanden en su propio jugo.  Al final de la cocción, escurrir el jugo en un plato hondo.  Sacar las peras y ponerlas en otro recipiente, y devolver el jugo al sartén.  Reducir el líquido hasta que se espese bastante y forme una miel dorada.  Echar por encima de las peras.
  • Precalentar el broiler o grill del horno.  
  • Sobre el pan: el que recomienda la receta es el llamado sourdough bread, un pan tipo artesanal, de concha gruesa y con un toque ácido delicioso.  En Venezuela el equivalente sería el pan campesino.  Ustedes escojan en pan de su preferencia, y corten rebanadas gruesas.  Tostarlo (en el horno, en tostadora, como quieran), y salpicarlo de aceite de oliva.
  • Cortar el queso de lajas y ponerle una por encima a cada rebanada de pan.  Poner bajo el grill o broiler hasta que el queso se derrita.
  • Sacar del horno, poner unas tiras de peras caramelizadas por encima (y un poco del juguito, si les sobra).  Salpimentar al gusto (esto lo pongo como opcional, porque en mi opinión no hace falta), y coronar con un poquito de nueces o pacanas picadas.  Servir tibio.

    PIMENTÓN CON QUESO DE CABRA

    Siguiendo con el tema de las tapas, aquí les va otra variación de la de ayer, también basada en una de Clodagh McKenna (The Irish Farmers’ Market Cookbook, Ed. Collins).

    INGREDIENTES
    Para 4-6 personas 
    Aceite de oliva
    2 pimentones / morrones rojos grandes
    3 cucharadas de almendras fileteadas
    70 g queso de cabra o feta
    Vinagre balsámico
    Sal gruesa (marina) y pimienta negra recién molida
    • Precalentar el horno a 200º C / 400º F / Gas 6.  Cortar los pimentones / morrones por la mitad, desvenar y remover las semillas.  Con una brocha o con los dedos, untar cada mitad con un poco de aceite de oliva y ponerlos con la piel hacia arriba en una bandeja.  Hornear por 10-15 minutos, hasta que la piel esté chamuscada, como en la foto de más abajo.  
      • Alternativamente, también pueden agarrar el pimentón entero con una pinza y ponerlo directamente sobre la llama de una hornilla de gas, hasta que la piel se ampolle.
    • Mientras tanto, tostar las almendras en una sartén sin aceite, a fuego medio-alto, moviéndolas constantemente para que no se quemen.  Reservar.
    • Una vez que estén listos los pimentones, dejar enfriar un poco y quitar la piel.  Si no sale fácilmente, meter en una bolsa de plástico o cubrir con envoplast / papel transparente mientras aún esté tibios.  Después de unos minutos, la piel debería salir fácilmente.
    • Cortar en tiras gruesas, de unos 4-5 cm.
    • Hay dos alternativas: usar queso de cabra suave (como en la receta anterior de las berenjenas), o si quieren un sabor un poco más fuerte, pueden usar un queso feta suavizado.  Para suavizarlo, basta con ponerlo en un plato, echarle un chorrito de leche y aplastarlo con un tenedor hasta que esté pastoso.  El sabor ácido del feta contrasta con el dulzor del pimentón asado.
     Queso de cabra irlandés Ardsallgh
    • Para armar los pimentones, el procedimiento es el mismo que en la receta anterior: poner una cucharadita (o que quieran) de queso en uno de los extremos de las tiras, poner un puñito de almendras, unas gotas de vinagre balsámico, sal gruesa y pimienta negra al gusto.  Enrollar y poner sobre el plato de servir.  Si el pimentón que usaron es mediano, les va a pasar como a mí en la foto de abajo: no da la piel para mantenerse enrollado.  En ese caso, utilicen un palillo para mantener el rollito en su lugar.

    BERENJENAS CON QUESO DE CABRA

    En estos días en que el clima está decente y provoca pasar toda la mañana en el parque, hemos retomado la costumbre de ir al Farmers’ Market que hacen todos los sábados. Cuando uno llega temprano, dan ganas comprar todo lo que ofrecen, empezando por los quesos y terminando por las aceitunas y antipastos.  El tema de estos mercaditos y del movimiento Slow Food (como oposición al fast food) está de moda.  Sin ánimos de militancia apasionada, debo decir que yo también estoy de acuerdo con sus fundamentos: retomar tradiciones locales, favorecer productos frescos y, en pocas palabras, tomárselo con soda en la cocina…  En esta línea, una chef irlandesa famosa (Clodagh McKenna) escribió un recetario-guía llamado The Irish Farmers’ Market Cookbook (Ed. Collins), con la idea de reseñar a los principales productores de cada región y sus especialidades, a la vez que da recetas bastante sencillas usando ingredientes estacionales y locales.

    Tanto preámbulo para decir que esta receta (y la siguiente también), son tomadas de este libro, con algunas variantes personales.  Estas berenjenas se pueden comer como tapa, como entrada o como plato vegetariano. 

    INGREDIENTES
    Para 4-6 personas
    2 berenjenas grandes
    Sal
    70 g almendras fileteadas (calculo que es más o menos 1 taza)
    Aceite de oliva extra virgen
    100 g de queso de cabra suave (si están en Irlanda, Ardsallgh o St Ola)
    Pimienta negra
    Un manojo de rúcula / roqueta (aunque también la he visto en español como rúgula o arúgula; en italiano, rucola; en inglés, rocket o arugula)

    • Lavar y cortar las berenjenas longitudinalmente con un grosor de medio centímetro, aproximadamente (pueden dejarlas más gruesas sin quieren, pero me parece que es más delicado cortarlas más finas).  Rociar con bastante sal por ambos lados y acomodar en un colador.  Dejar por una media hora.  Esto ayuda a que la berenjena bote líquido y amaine el regusto amargo que tienen.

      • Mientras tanto, en una sartén seca (sin aceite) tostar las almendras a fuego medio-alto, removiéndolas constantemente hasta que se doren.  Tengan cuidado, porque se queman fácilmente.
      • Una vez que las berenjenas hayan «llorado»,  eliminar el exceso de líquido con papel absorbente (las pueden lavar también, pero hay que secarlas muy bien, y luego hay que ponerles un poco de sal extra).  
      • Calentar un grill a fuego alto (o medio-alto, si tienen cocina de gas y la llama es muy fuerte).  Cuando el grill esté bien caliente, poner las berenjenas vuelta y vuelta hasta que se doren por ambos lados.  
        • En la receta original, en lugar de hacerse al grill, las berenjenas se fríen en aceite de oliva.
        • Si quieren, antes de echarlas al grill, pueden salpicarlas con un poquito de aceite.  
      • Dejar enfriar un poco hasta que estén manipulables.  
      • Como pueden ver en la foto de abajo, el queso de cabra es bastante suave (pero no tanto como un ricotta o requesón).  También he utilizado del que venden en «tronquito», tipo el chèvre francés, y queda bien.
      • Para armar las berenjenas, basta con ponerles una cucharadita de queso (cantidad al gusto del gastrolector) en la parte más ancha, poner un puñado de almendras, salpicar con pimienta negra recién molida, unas gotas de aceite de oliva extra virgen, y coronar con la rúcula.  Si lavaron las berenjenas en lugar de secarlas con papel absorbente, entonces echar unos granitos de sal gruesa.  Enrollar hacia la parte más delgada y poner sobre el plato de servir.
      Variaciones sobre el mismo tema: esto se puede hacer también con calabacín / zucchini.  Las únicas diferencias:
      • Usar calabacines tipo europeos (no los venezolanos, que son más aguados).  Vean aquí las diferencias.
      • Cortar los calabacines un poco más finos.
      • No hace falta salar y poner a llorar, como a las berenjenas.
      • Hay que ponerles un poco de sal antes de enrollar.

      CARAOTAS / FRIJOLES, en sopa o refrit@s

      No tenía pensado montar esta receta, porque no le veo mucha ciencia a preparar granos, pero Hugo ha insistido tanto que aquí les va mi versión.  Supongo que cada latinoamericano tiene a una abuela que prepara las mejores caraotas (o frijoles, frejoles, fréjoles, judías, porotos, granos, pochas, fabas, chícharos, alubias o mongetes) del mundo.  Yo, por supuesto, soy parte del montón y declaro que las de mi abuela Gloria son las mejores.  No sé si haya un «ingrediente secreto» como tal, pero tengo la impresión de que lo que puede variar es el método.  La tocineta (bacon, pancetta), por ejemplo, es definitivamente uno de esos ingredientes que le dan un sabor de familia a los granos.  Pueden o no incluirla (confieso que yo pocas veces le pongo, para no aburrir el sabor).  Otra cosa que varía es el uso (o no) de la olla de presión.  Para mi mamá y mi abuela es indispensable, pero yo nunca aprendí a usarla (de hecho, le tengo un poco de miedo), así que ésta es una versión a la antigua.  Algo que sí he heredado de ellas es usar un sofrito base para darle sabor al caldo donde se van a preparar.  La verdad es que casi todas mis sopas llevan alguna variante.

      Para los gastrolectores que jamás han preparado caraotas, vale la pena hacer una breve nota acerca de los diversos tipos que hay:

      • Las negras (black turtle beans, en inglés) creo que son las que más comemos los venecos; son un poco más pequeñas y por eso se cocinan más rápido.
      • Las blancas (que se parecen a las llamadas cannellini beans, en inglés) son más cremosas.  Se usan en el minestrone, por ejemplo.
      • Las rojas (red kidney beans, como en la foto de arriba) me parece que son las más duras.
      • El frijol pinto es más común en México, por ejemplo.  Yo encuentro que tienen un sabor delicioso (más que las caraotas rojas), pero supongo que eso es maña personal.
      Hay tantísimas otras variedades, y siempre vale la pena experimentar.  No hay manera de que un grano quede mal: si está muy duro, se le pone un poco más de líquido y se cocina por más tiempo.  Si, por el contrario, queda muy aguado, no es el fin del mundo. Las caraotas se pueden comer tipo sopa (con los granos enteros), como crema (bien licuada, y tal vez colada para una textura más sedosa) o refritas (como se preparan para el pabellón criollo, el plato venezolano por excelencia, o en muchísimos platos mexicanos).  He escrito la(s) receta(s) asumiendo que es la primera vez que el gastrolector prepara granos, así que no se ofendan si algunas explicaciones son demasiado obvias.

      Una anécdota curiosa para contar que las caraotas (y granos en general) congelan muy bien (de hecho, saben mejor una vez descongeladas): cuando estaba calculando la cantidad de sopa que puede salir con esta receta, me encontré midiendo no en tazas, ni litros ni gramos, sino potes de helado.  Cualquier venezolano entenderá a qué me refiero…  Es un clásico de las abuelas y mamás congelar las caraotas en potes de EFE (una marca tradicional venezolana).   Todo niño criollo se frustró más de una vez al abrir el freezer, emocionarse al ver el pote y llevarse la decepción del siglo al descubrir que, en lugar de helado de chocolate o mantecado (= vainilla), lo que había era caraotas negras… 

      Y como yo soy fiel a la tradición, pues mis caraotas también se congelan en potes (no de EFE, sino de Carte D’Or).

      INGREDIENTES
      3 potes de helado de 1 litro
      Como para 9 personas (platos de sopa grandes)
      Como para 12 personas (si se hacen refritas)
      500 g caraotas (secas)
      Aceite de oliva, para el sofrito
      2-3 tiras de tocineta / bacon / pancetta, troceada (opcional)
      1 cebolla grande, cortada en cuadritos
      4 dientes de ajo, machacados
      3-5 ajíes dulces (o, en su defecto, medio pimentón / morrón rojo), sin semillas y picaditos
      2 hojas de laurel
      3-4 ramitas de cilantro (con tallo y todo, mejor si es cilantro de fraile), ó 1 cucharada de cilantro seco
      3-3,5 litros de agua (o caldo, puede ser de carne o vegetales)
      1 cubito (de carne o vegetales) 
      Sal y pimienta, al gusto
      Unas gotas de tabasco o salsa de chipotle, si les gusta el toque picante

      • Remojar las caraotas por 8-12 horas en agua fría (no hace falta refrigerar mientras se remojan).  Usar un recipiente grande y poner bastante agua, porque se expanden (y algunas de abren, pero esto es normal).
      • En una olla grande y profunda, calentar un poco de aceite a fuego medio-alto y sofreír el picadillo de ajo, cebolla y ají dulce (o pimentón) hasta que la cebolla esté blanda y transparente, unos 3 minutos (cuidando de no quemar el ajo).
        • Obviamente, el aceite de oliva no es un ingrediente autóctono, pero el sabor combina muy bien con el de los granos (y es más sano).
        • Si van a usar tocineta, tal vez no haga falta usar aceite, dependiendo de la cantidad de grasa que tenga.  En ese caso: poner la olla sobre fuego medio y cuando esté bien caliente, echar la tocineta en trocitos.  Saltear por unos minutos, dándole chance de que bote la grasa.  Pasados unos 2-3 minutos, agregar el picadillo para que se sofría en la misma grasa de la tocineta.
      • Agregar el agua o caldo (yo usualmente empiezo con 2 litros, y le voy agregando el resto poco a poco, pero siempre caliente).  Echar el cubito triturado, el laurel y el cilantro, y subir el fuego.  Cuando el agua hierva, agregar las caraotas (previamente remojadas y bien escurridas).  Salpimentar al gusto.
      • Dejar a fuego alto por 30 minutos.  Probar el grano y ajustar la cantidad de agua; es decir, si ven que el grano todavía está muy duro y el líquido se ha secado bastante, por ejemplo, se puede echar un litro completo (bien caliente). 
      • A partir de este momento, se puede bajar un poco el fuego (medio-alto) y chequear cada 15 minutos si el grano se ha ablandado, ajustando la cantidad de agua si notan que se está secando mucho.  El tiempo de cocción total puede ser entre 45-60 minutos.  Sé que es frustrante no dar un tiempo más exacto, pero eso depende del tipo de frijol que usen: hay algunas variedades que tienen granos más pequeños y se cocinan más rápido, mientras que otros son mucho más duros.  También, el tiempo de cocción depende de cuán enteros les gusten los granos.  Hay familias (o recetas) que prefieren el grano al dente, otras que cuecen las caraotas casi hasta hacerlas puré.
        • Aparte de los 45-60 minutos, yo suelo dejar la olla sobre la hornilla apagada, para que las caraotas se terminen de cocer con el calor residual (tanto de la olla como de la cocina eléctrica).
      • Probar y rectificar la sazón.  Agregar las goticas de tabasco o salsa de chipotle, si quieren.
      • Pescar hojas de laurel (y las ramitas de cilantro, si les molestan).

      Sopa o crema de caraotas: 

      • Si prefieren los granos enteros, pero les gusta el caldo un poco espeso, un truco que aprendí de mi suegra es agarrar uno o dos cucharones de la sopa (caldo y granos), licuarlos y agregarlos de nuevo.  
      • Para hacer crema (la clásica que le dan a todos los bebés venezolanos), basta con licuar bien la sopa.  Les recomiendo esperar a que se enfríe y hacerlo por tandas. Si quieren una textura más sedosa en la sopa, se puede pasar por un colador.
      • Dejar enfriar por completo antes de meter a congelar.

      Caraotas refritas:

      • Dependiendo de lo gustosas que les hayan quedado las caraotas, se puede hacer (o no) otro sofrito (con cebolla, ajo, ají dulce o pimentón, hierbas, etc.), siguiendo el mismo método de arriba: calentar un poquito de aceite en una sartén profunda (a fuego medio, o medio-alto), saltear el picadillo hasta que se ablanden las cebollas y luego agregar varios cucharones de sopa con bastante líquido.  
        • Esto parece contradictorio, porque lo que se busca precisamente es secar las caraotas, pero mientras más líquido tengan, más cremosas van a quedar.  En la foto de arriba pueden ver las caraotas ya bastante secas, pero con los granos enteros (así nos gustan en la casa).  
        • Si quieren una versión más parecida a los frijoles refritos mexicanos, pueden usar la misma cuchara de palo (o la parte de abajo de un vaso, por ejemplo) para machacarlos hasta que no queden granos enteros.
      • Si se les pasan de cocción y se secan mucho, echar más agua.
      • Las caraotas refritas se secan en la nevera, así que les sugiero preparar la cantidad que vayan a comer y hacerlas justo antes de servir.  De todos modos, si les sobra un poco y se secan, echarles un chorrito de agua al recalentarlas.

        COLCANNON

        El colcannon es un plato tradicional irlandés que se suele comer en otoño e invierno, cuando es temporada de col verde (también conocida como col crespa o berza col, kale en inglés).  Según la tradición, se prepara en Halloween y se le ponen adentro monedas o un anillo, para augurar riqueza o un próximo matrimonio, respectivamente, a quien encuentre los «tesoros» (si es que antes no se muere asfixiado).  También se suele preparar con repollo verde.

        La receta que les paso abajo es un compendio tomado de Irish Food & Cooking, de Biddy White Lennon y Georgina Campbell, de Forgotten Skills of Cooking, de Darina Allen, y algunos tips pescados de Internet.  Más abajo también les doy una sugerencia para hacer una comida irlandesa entera.

        INGREDIENTES
        Para 6-8 personas
        450 g col verde (curly kale) o repollo verde, cocid@
        450 g papas, peladas y hervidas (Darina sugiere Golden Wonders o Kerr’s Pinks)
        Un chorrito de leche
        2 cucharadas (50 g) de mantequilla (y un poco más para servir)
        1 cebolla grande, cortada finamente
        Sal y pimienta negra, al gusto
        • Cocinar al vapor (o hervidos) la col o repollo (cortado en cuartos, sin el corazón) hasta que estén tiernos, y cortar finamente.
        • Hervir las papas en bastante agua con sal, escurrir y pisar con el pasapuré.  
          •  Mucha gente prefiere hervirlas con la piel y luego quitársela después de cocidas.  Si deciden hacer esto, traten de que todas las papas sean del mismo tamaño, de modo que se cocinen parejo.
          • Hacer el puré mientras las papas estén calientes.  De lo contrario, se ponen durísimas y el muy difícil machacarlas.
        • Mezclar el puré con la col o repollo, y agregar un poco de leche si sienten que está muy tieso.  Salpimentar al gusto y reservar.
          • Un toque de nuez moscada no le queda nada mal.
        • Derretir 1 cucharada de mantequilla en una sartén a fuego medio, añadir la cebolla y cocinar hasta ablandar.  Remover del fuego y mezclar bien con el puré. 
          • La cebolla se puede sustituir por escalonias / chalotes (shallots). 
          • También se le puede agregar un ajo machacado.
          •  Mucha gente se come el colcannon así: tipo una variante de puré.  Para un sabor más intenso y una apariencia diferente, sigan leyendo…
        • Derretir lo que queda de la mantequilla, y cuando la sartén esté  bien caliente, echar el puré y distribuir por toda la superficie, aplastando con una espátula o con la parte de atrás de una cuchara.  Freír hasta dorar, cortar trozos gruesos (con la misma espátula) y seguir friendo hasta que todos los pedazos estén crujientes y dorados
        • Servir con un buen trozo de mantequilla por encima.
        * * *


        Ya lo hemos dicho en otras recetas, pero vale la pena repetir el piropo: nada como la carne de cerdo en Irlanda.  Es muy común encontrar jamón salado, que se tiene que poner a desalar toda la noche en remojo, y luego se hierve.  El colcannon queda buenísimo como acompañante de un buen jamón o lomo de cerdo.   Aquí les paso, entonces, la receta de una salsa de ruibarbo, que es la combinación perfecta para el cerdo. Es tomada también de Irish Food & Cooking (aunque las autoras la sugieren para coronar un filete de arenque, y le añaden también estragón).

        SALSA DE RUIBARBO
        2 cucharadas (25 g) de mantequilla
        250 g de ruibarbo, cortado en rodajitas de 1 cm
        2-4 cucharadas (25-50 g) de azúcar extrafina (caster)
        1/3 taza (75 ml) de agua
        • En una sartén a fuego bajo, derretir la mantequilla y poner el ruibarbo, dos cucharadas de azúcar y el agua. Cocinar hasta que el ruibarbo esté tierno (pero no deshecho por completo).  Esto no demora demasiado (calculo que entre 5-8 minutos).  
        • Probar y ajustar la cantidad de azúcar, en caso de que esté muy ácido (pero recordar que la salsa debe tener un sabor fuerte).

        ENSALADA DE QUINUA

        La quinua es una semillita que se cultiva en los Andes, principalmente en Perú, Bolivia y Ecuador.  Aparentemente es súper nutritiva (y baja en grasas), y se usa mucho en la gastronomía de estos países andinos.  La primera vez que la probé fue en un restorancito pseudo-peruano que quedaba a tres cuadras de nuestra casa en Pittsburgh.  Desde entonces, quedamos fascinados.

        Este plato sirve de acompañante o de principal para una comida vegetariana, o se puede servir frío como ensalada.  Llena un montón, no es caro, y no es tan difícil de conseguir (aquí la he visto en el mercado, en tiendas naturistas o donde los chinos, como siempre).

        INGREDIENTES
        Para 4-6 personas
        3/4 taza de quinua
        1 1/2 taza de caldo de vegetales (o agua)
        1/2 cebolla grande, cortada en cuadritos
        2 dientes de ajo grandes, machacados
        4-5 ajíes dulces ó 1/2 pimentón / morrón rojo pequeño, cortados en cuadritos
        2-3 tallos de célery / apio, cortados en rodajitas
        1/2 calabacín grande, en cuadritos

        Comino en polvo, una pizca

        Pimienta cayena, una pizca
        Jugo de medio limón (o más, al gusto)
        3-4 cucharadas de maíz en lata, escurrido
        6-8 tomates cherry, partidos por la mitad
        2 palitos de cebollín, en rodajitas
        Cilantro picadito, al gusto
        • En un colador, lavar y enjuagar la quinua (algunos dicen que esto ayuda a eliminar un gusto amargo que tiene).  Escurrir bien.
          • Aunque en algunas recetas lo piden, les recomiendo que no la dejen remojando.  No hace falta (de hecho, quedaría como un puré).
        • En una olla mediana, calentar a fuego medio-alto un poquito de aceite y hacer el sofrito base con la cebolla, ajo y ajíes (o pimentón).  Saltear hasta que la cebolla esté transparente, cuidando de no quemar el ajo.
          • El calabacín y el célery se pueden saltear junto con el sofrito, o se pueden echar a mitad de la cocción para que queden más al dente.
        • Agregar el caldo y la quinua.  Condimentar con el comino y la pimienta cayena.  Si el caldo que usan está simple, echar un poco de sal.
        • Llevar a hervor, bajar fuego y dejar a fuego medio-bajo por 15-20 minutos (15 tapado, 5 destapado si queda mucha agua).
          • Si no agregaron el célery y el calabacín antes, hacerlo cuando falten unos 10 minutos para terminar de cocinar.
        • Una vez que se haya absorbido el agua, retirar del fuego y agregar el maíz, tomates, cebollín y cilantro.  Poner jugo de limón al gusto, probar y rectificar la sazón.
        • Se puede comer tibio, como acompañante (o incluso como plato principal vegetariano), o frío sobre una cama de lechugas, como ensalada.

        ESPÁRRAGOS AL GRILL

        Todo sabe mejor al grill; es ley de vida.  Esta semana fui a Ikea y por poco menos de 8 Euros me compré una sartén-grill de teflón.  No sé si dentro de dos meses tenga que botarla y comprar una nueva, pero mientras dure, tengo toda la mala intención de «sacarle la chicha» este verano…

        Aquí les va esta recetica, facilísima y rápida, aprovechando que es época de espárragos (abril-mayo, en el norte).  Lo bueno de esta sartén-grill es que los espárragos quedan crujientes y luego puedo rescatar los trocitos de ajo, que van a estar tostados, y  ponerlos por encima al servir.

        INGREDIENTES
        Para 2 personas
        1 manojo de espárragos (no sé, ¿tal vez 150-200 g?)
        Chorrito de aceite de oliva
        2 dientes de ajo, picaditos (mejor no machacar)
        Sal gruesa, al gusto
        Pimienta negra recién molida, al gusto
        • Lavar y cortar la parte de abajo de los espárragos (la que tiene un tono morado y suele ser más dura y fibrosa).
        • Calentar el grill a fuego medio-alto y poner los espárragos, echar por encima un chorrito de aceite de oliva, salpicar con los ajos y salpimentar al gusto.  Ir dándole vueltas a los espárragos hasta que cambien a un tono verde oscuro y luego comiencen a tostarse.
        • Servir tibios.

        CALABACÍN CON QUESO AL HORNO

        Ésta puede ser una de las cosas más fáciles de hacer en el mundo.  Vi la receta por primera vez en un libro de comida irlandesa (Irish Food & Cooking, de Biddy White Lennon y Georgina Campbell) y luego me volví a tropezar con ella, pero no recuerdo en qué recetario.  El punto es que se hace volando, es bastante sana y es un buen acompañante.

        El problema es el dilema geográfico del calabacín…  El calabacín que venden en Estados Unidos y en Europa es distinto del que venden en Venezuela.  Es verde oscuro, más compacto y menos acuoso que el criollo.

        El Venezolano parece más pepino que zucchini (en lo que tenga chance, monto fotos de las dos variedades para contrastar).  Si están en Venezuela y no consiguen el calabacín italiano, les sugiero que compren entonces los calabacines más pequeños y tiernos, que suelen tener menos líquido.  Para ver mejor las diferencias, hagan click en este link.

         

        INGREDIENTES
        Para 4 personas
        4 calabacines / zapallitos / zucchini
        1 taza (aproximadamente) de un buen queso rallado (puede ser un mix de cheddar maduro y mozzarella, o si están en Eire, algún farmhouse tipo Desmond o Gabriel)
        Trocitos de mantequilla, unas 2 cucharadas en total
        Sal gruesa y pimienta negra recién molida, al gusto
        • Precalentar el horno a 350º F / 175º C.
        • Cortar los calabacines longitudinalmente en dos (aunque si son gruesos, se pueden cortar en tres o cuatro).  Poner sobre una bandeja (si usan una de buena no hace falta engrasar), con la piel hacia abajo.
        • Echar una buena cantidad de queso por arriba, ponerle unos cuadritos de mantequilla a cada uno, salpimentar al gusto (la sal gruesa le queda mejor).
        • Hornear por 15-20 minutos, hasta que el queso se derrita y se dore.
        • Servir inmediatamente, con un unos pedazos de pan de soda irlandés.

        LENTEJAS BALTI CON CEBOLLÍN Y TOMATE

        En estos días Hugo estaba antojado de comer lentejas y yo de preparar rotis otra vez, así que agarré uno de mis libros de comida india (Best Ever Indian Cookbook, de Mridula Baljekar, Rafi Fernandez, Shehzad Husain y Manisha Kanani) y me puse a hojearlo.  Di con esta receta, que se hace originalmente con toor dhal, unas lentejas amarillas partidas.  Justo había gastado el paquete que tenía preparando hamburguesas vegetarianas, así que las sustituí (como pueden ver en la foto) por lentejas marrones.  Una de las ventajas de las lentejas sobre el resto de los granos es que no hace falta dejarlas remojando toda la noche, o prepararlas en olla de presión.  En menos de media hora pueden estar listas y, como buen grano, son baratas, llenan un montón y es casi imposible que queden mal hechas.  Aquí les paso entonces este plato, gustosísimo y que no necesita demasiados ingredientes exóticos.  Se puede comer como acompañante, o como un plato vegetariano fuerte.

        INGREDIENTES
        Para 4 personas
        1 taza (230 g, aprox.) de lentejas
        2 cucharadas de aceite (mejor si es de mostaza)
        1/4 cucharadita de semillas de cebolla
        1 paquete mediano de cebollín / cebolleta (4-5 palitos), cortado en rueditas
        1 cucharadita de ajo machacado
        1/4 cucharadita de cúrcuma en polvo
        1 1/2 cucharadita de jengibre fresco, rallado
        1 cucharadita de chile / ají en polvo
        2 cucharadas de hojas de alholva / fenogreco (fenugreek), fresc@s o sec@s
        1 cucharadita de sal
        2/3 taza (150 ml) de agua
        6-8 tomates cherry (si no consiguen, 2 tomates medianos cortados en trozos grandes)
        2 cucharadas de cilantro fresco, picadito
        1/2 pimentón / morrón verde (o rojo, por qué no), sin semillas, cortado en tiritas
        1 cucharada  de jugo de limón
        Cebollín y cilantro picados, para decorar
        • Cocer las lentejas en una olla con agua y un poco de sal hasta que estén blandas.  Si usan lentejas amarillas, de las pequeñitas, lo más probable es que se deshagan rapidísimo, así que no perderlas de vista.  Si consiguen toor dhal, se pueden tardar hasta 45 minutos en ablandar.  Las lentejas marrones no se tardaron más de media hora.  Escurrir bien y reservar.
        • Calentar el aceite en un karahi, caldero, wok, o sartén grande, poner las semillas de cebolla y dejar por algunos segundos.
          • Sobre las semillas: cada vez que cocinen con semillas, es recomendable tostarlas o sofreírlas (dependiendo del plato), antes de mezclarlas con los demás ingredientes.  El calor hace que boten sus aceites esenciales, dándole un sabor más intenso a la comida.
        • Añadir las lentejas y sofreír con las semillas por unos 3 minutos.
        • Agregar el cebollín, junto con el ajo, cúrcuma, jengibre, ají en polvo, hojas de fenogreco y sal, y continuar sofriendo por 5-7 minutos.
          • Sobre la alholva o fenogreco (fenugreek, en inglés): lo que se consigue usualmente son las semillas, no las hojas.  Según el libro donde tomé la receta, las hojas son amargas y no se suelen comer solas, pero quedan  muy bien con los granos.  Se pueden conseguir, si deciden incluirlas, en mercados asiáticos.
        • Echar un poco de agua, lo suficiente como para hidratar la mezcla y que se suelten un poco los granos.
        • Echar los tomates enteros (si son cherry, o cortados si son normales), el cilantro, pimentón y jugo de limón.  Mezclar bien y servir, decorando por encima con el cilantro y cebollín extras.