ENSALADA TROPICAL

Esta ensalada es un invento personal, inspirado en la ensalada de papaya/lechosa tailandesa pero con un twist criollo.  La preparé para el almuerzo que hicimos después del bautizo de Andrés y gustó un montón.  La copio con nostalgia, porque por estas latitudes no conseguimos ají dulce y no creo que quede bien con ningún sustituto…  Pero igual, si hacen la prueba usando algún tipo de pimentón / morrón, avisen qué tal.  Sobre las cantidades: todo al ojo, como siempre, pero creo que la idea es que haya partes iguales de ají dulce y mango, y un poco menos de tomate.  Tomen esto en cuenta a la hora de comprar los ingredientes (abajo pongo cantidades como referencia, pero ustedes ajusten a sus necesidades).

INGREDIENTES
 
Para 4 personas, aproximadamente
250 g de ají dulce de todos los colores, sin semillas y cortados en juliana
1-2 mangos verdes («pintones», ver nota abajo), pelados y cortados en juliana
2-3 tomates pequeños, sin semillas y cortados en juliana
3 palitos de cebollín / cebolleta, cortados en rodajas finas
2 cm de jengibre fresco, pelado y rallado
Cilantro fresco, picadito (al gusto)
Jugo de 1-2 limones
Ajo en polvo, una pizca
Sal, al gusto
  • Como dije arriba, la cantidad de ají dulce es relativa.  Traten de que sea en igual proporción al mango. La razón por la cual no creo que haya sustitución para el ají es que ningún otro tipo de pimentón / morrón tiene ese gusto acidito y afrutado.
  • Sobre el mango, no utilicen «mango de hilacha», ese que se muerde y tiene «pelos», sino uno de carne firme.  Tampoco hace falta comprarlo súper verde, sino pintón: en ese punto en que la fruta verde justo comienza a madurarse.
  • Sobre el tomate: les sugiero eliminarle las semillas, para que la ensalada no quede demasiado aguada.
  • El resto ya se lo imaginarán: mezclar todos los ingredientes en un recipiente grande, salpicar con limón, echarle un toque de ajo en polvo (pero no demasiado) y salar al gusto.

POLENTA (o FUNCHE) AL GRILL

Después de comer comida italiana de cafetín por dos años, debo admitir que le agarré un poco de fobia a la polenta aguada y sosa, así que cada vez que íbamos a Little Italy a comprar pastas y arroz para risotto, pasaba de largo sin voltear a ver el paquete.  Pero hace ya unas semanas, nuestra amiga Ana, de Croacia, nos preparó un banquete istrio de chuparse los dedos (crónica por venir, lo prometo), que tenía como acompañamiento una polenta deliciosa, así que me reivindiqué con ella y compré un paquete para ver qué inventaba.  Días después, buscando qué cocinar en mi nuevo sartén/grill, encontré esta receta en Grill: Stylish Food to Sizzle, de Linda Tubby.  Siguiendo las instrucciones, la noche anterior comencé a hacerla y al día siguiente la corté y la puse al grill.  No fue hasta que la probé que mi cerebro hizo la conexión: ¡FUNCHE!

Ya escribí en la crónica del pastel de chucho sobre Friomar, aquel restorancito donde Cucho y La Negra hacían la mejor comida margariteña de Venezuela.  Solían poner el funche en cestas, como se pone pan en cualquier restorán, junto con mantequilla semi-derretida por el calor.  Llegando de la playa, cuando uno está casi desmayado del hambre, el funche sabía a gloria.  Jamás se me pasó por la cabeza que la italianísima polenta tenía su equivalente en mi propia tierra.  Investigando un poco (San Internet), vi que la harina de maíz que se usa en ambos es la misma.  La única diferencia es que la polenta tipo puré que uno asocia con Italia lleva más agua.  Tan simple como eso…

En fin, que si están hartos de acompañar sus comidas con arroz o papas, hagan el experimento con este funche, que se puede aliñar con las hierbas que quieran.

INGREDIENTES
 
Para 6-12 personas
2 cucharaditas de chile pasilla en hojuelas (o cualquier otro ají picante seco que tengan a mano)
5 2/3 tazas (1.3 litros) de agua
1 1/4 tazas (250 g) de polenta instantánea
1/4 taza (50 g) mantequilla
75 g queso parmesano rallado
2 cucharadas de eneldo fresco, picado
2 cucharadas de cilantro fresco, picado
2 cucharadas (30 ml) de aceite de oliva
Sal, al gusto
  • Con un cuchillo afilado, picar las hojuelas de chile/ají para que queden más finas todavía.
  • Echar en una olla mediana junto con el agua, hervir y poner un poquito de sal (recuerden que el queso parmesano es salado, y es preferible rectificar la sazón más adelante).
  • Ir agregando la polenta como lluvia, poco a poco, revolviendo constantemente para que no se formen grumos.
  • Bajar el fuego y seguir revolviendo por algunos minutos.
  • Cuando la polenta esté espesa y forme burbujas grandes, agregar la mantequilla, el queso parmesano y las hierbas.  Probar y agregar más sal si es necesario.
  • Verter en un molde previamente engrasado de 33×23 cm / 13×9″.
  • Dejar enfriar y, cuando ya no se sienta caliente, meter en la nevera toda la noche (o por unas cuantas horas) hasta que se ponga firme.
  • Sacar de la nevera una media hora antes de usar.  Corta en triángulos y pintar con el aceite de oliva.
    • En la receta original, sólo se pinta una cara de la polenta, pero yo prefiero dorarla por los dos lados.
  • Calentar el grill hasta que, al echar una gota de agua, se evapore instantáneamente.
  • Bajar un poco el fuego (a medio, medio-alto) y cocinar los triángulos de polenta por unos 2 minutos por lado (también se pueden girar 180º y dorar un minuto más para formar rombos), o hasta que se doren. Como pueden ver abajo, también se pueden tostar en una sartén bien caliente.

ENSALADA TURCA

No miento si digo que he hecho prácticamente todas las recetas de Turkish Cooking, de Bade Jackson (Apple Press, 1998), uno de mis primeros libros de cocina.  Una de las más fáciles es esta ensaladita, llamada coban salata («ensalada del pastor»).  Se parece a la griega que suelen vender en todas partes, pero sin el queso feta.  Creo que lo que le da el gusto particular es el eneldo, así que no dejen de incluirlo. Es rica, los ingredientes son fáciles de conseguir y se ve bonita.  Aquí les va, sin más preámbulos…

INGREDIENTES
Para 4 personas
1 pepino grande, pelado y cortado en cuadritos
1 pimentón verde (o amarillo, si quieren darle más colorido), cortado en cuadritos pequeños
2-3 tomates grandes, cortados en cuadritos
1/2 cebolla, cortada en tiras finas
Aceitunas negras, al gusto
3-4 cucharadas de aceite de oliva extra virgen
Jugo de 1 lima/limón
Eneldo fresco, picadito (al gusto, ¡pero no escatimen!)
Sal y pimienta, al gusto
Queso feta en cuadritos (opcional)
  • Para que la cebolla no opaque el resto de los sabores, dejar remojando en agua fría con bastante sal por unos 15-20 minutos (o más, si quieren un sabor aún más sutil).  Lavar y escurrir antes de usar.
  • Para hacer la vinagreta, mezclar el aceite de oliva, el jugo de limón, el eneldo y salpimentar al gusto.  Mezclar bien.
  • El resto no tiene mucha ciencia: juntar todos los ingredientes en un recipiente y rociar con la vinagreta.
  • Opcionales: ponerle cuadritos de feta y/o menta fresca picadita.

 

Tip: Como el pepino y el tomate  botan naturalmente un montón de líquido, si van a preparar la ensalada con antelación, les sugiero que les quiten las semillas y no le pongan la vinagreta sino hasta justo antes de servir.

TZATZIKI

Otra salsita para la lista de mezze.  En este caso, el tzatziki (o tsatsiki) es típico de Grecia, Turquía y Chipre.  Es súper refrescante y los ingredientes son fáciles de conseguir.  No hay misterio…

 

INGREDIENTES

Para 1 taza, aproximadamente
3/4 de taza de yogur griego
1 pepino pequeño ó 1/2 grande, pelado
Jugo de 1 limón, más o menos
Aceite de oliva extra virgen, 1-2 cucharadas
Eneldo  fresco, al gusto, picadito
Menta (fresca o seca), al gusto
Ajo (machacado o en polvo), al gusto
Sal y pimienta negra, al gusto
El único problema de esta salsa es que puede quedar muy aguada, dependiendo del tipo de yogur que usen o del pepino.  Varios trucos:
  • Si usan yogur griego, evitan gran parte del problema porque éste suele ser más espeso que el yogur convencional.  De cualquier modo, traten de escurrir el exceso de líquido que a veces tienen por encima.
    • Asegúrense de no comprar un yogur dulce.
    • Hace tiempo leí en una página de recetas que en Canadá preparan en tzatziki con crema agria. Valdría la pena hacer la prueba a ver qué tal queda…

 

  • El pepino se le puede agregar de varias maneras:
    1. Hay gente que lo licúa junto con el yogur, pero el pepino bota bastante agua, así que con esta opción, aunque es la más fácil y rápida, lo más probable es que les quede una salsa bastante líquida.
    2. Otra alternativa es cortar el pepino longitudinalmente y sacarle las semillas si notan que están muy grandes (en Venezuela, por ejemplo, el pepino siempre tiene unas semillotas, a diferencia del pepino europeo).  Esto reduce bastante la cantidad de agua.  Una vez despepitado, se puede cortar en cuadritos muy pequeños, poner en un colador y rociar de bastante sal.  Dejar «llorar» por 45-60 minutos (o más, si tienen el tiempo).  Se sorprenderán de la cantidad de agua que bota.  Antes de mezclar con el yogur, secar ligeramente con un papel absorbente.
    3. La última alternativa es rallar el pepino y dejar sobre un colador una media hora ó 45 minutos.  Antes de juntar con el yogur, exprimirlo con la mano hasta que bote el exceso de líquido.

 

  • Mezclar todos los ingredientes: yogur, pepino escurrido, un chorrito de aceite de oliva, un poco de jugo de limón, el eneldo picadito, un poquito de menta, el ajo, la sal y la pimienta.
    • Como en las recetas anteriores, vayan aderezando poco a poco: a veces el yogur ya es bastante ácido y no hace falta ponerle demasiado jugo de limón.
    • Con respecto a las hierbas, yo prefiero el sabor del eneldo al de la menta en esta salsa, por eso pongo bastante eneldo fresco y un toque de menta seca.
    • Con respecto al ajo, lo dicho: tengan cuidado si usan ajo machacado y añádanlo poco a poco.  En su defecto, usen ajo en polvo.
    • Si dejaron llorar el pepino, entonces prueben antes de agregar la sal, porque tal vez ya sea suficiente con la que quedó en el pepino.

 

  • Como el hummus y el baba ghanoush, servir con pitas aliñadas: cortar un paquete de pitas en triangulitos, echar en un recipiente grande y aliñar con aceite de oliva, sal, páprika, orégano seco, ajo y comino en polvo, revolver bien y distribuir en una bandeja, tostar en el horno a 175º C/ 350º F hasta que comiencen a dorarse.

BABA GHANOUSH

Siguiendo con el tema de los mezze, aquí les va la receta del baba ghanoush.  Para los gastromañosos, ésta es una muy buena forma de comer berenjena porque el sabor se matiza un poco.  Superen los prejuicios y pruébenlo :o)
INGREDIENTES
 
Para 1 taza, aproximadamente
1 berenjena grande, entera
1 limón (más o menos)
2 cucharadas de tahini
Aceite de oliva extra virgen, 2-3 cucharadas, aproximadamente
Ajo, al gusto (machacado o en polvo)
Sal, al gusto
Comino en polvo, al gusto (opcional)
  • Con un tenedor, pinchar la berenjena por todas partes y meterla al horno (precalentado) a 175º C / 350º F sobre una bandeja.  Hornear por 30-45 minutos, volteándola una vez a media cocción.
    • El tiempo depende del tamaño de la berenjena.  Para probar, cuando tenga unos 15 minutos en el horno, voltéenla con una pinza y aprovechen para ver si ya se ha suavizado un poco.
  • Alternativamente, agarrar la berenjena con una pinza y ponerla directamente en la llama (si tienen cocina de gas), dándole vueltas hasta ir chamuscando la piel por todas partes.
  • Al sacar del horno o de la llama, dejar enfriar un poco y pelar.  Si usaron el método de la llama, la piel va a salir muy fácilmente.  Si la hornearon, tal vez sea más fácil cortarla por la mitad (longitudinalmente) y sacar la carne con una cuchara.
  • Echar la pulpa en una licuadora o procesador, junto con el tahini, un chorrito de aceite de oliva, el jugo de medio limón, la sal y el ajo (y el comino, si usan).  Licuar hasta obtener una pasta suave.
    • Como también dije en la receta del hummus, tengan cuidado con el ajo: si usan ajo machacado, comiencen por poner una pequeña cantidad y vayan probando, de modo que se sienta el sabor pero no opaque al resto de los ingredientes.
    • Lo mismo con el limón.  Vayan echando y probando, para evitar que les quede demasiado ácido.
    • La cantidad de aceite de oliva depende de cuán espesa o líquida quieran la pasta.
    • Hay gente que también le pone menta seca o perejil seco.
  • Servir con un chorrito de aceite de oliva y semillitas de sésamo / ajonjolí tostad@s.
  • Y también con pitas aliñadas: cortar un paquete de pitas en triangulitos, echar en un recipiente grande y aliñar con aceite de oliva, sal, páprika, orégano seco y comino en polvo, revolver bien y distribuir en una bandeja, tostar en el horno a 175º C/ 350º F hasta que comiencen a dorarse.

 

HUMMUS

En el Medio Oriente es común el mezze, un conjunto de aperitivos que se pone en el centro de la mesa para que todo el mundo se sirva de ellos, y usualmente se acompaña de algún licor (tipo ouzo o raki).  Mezze, en pocas palabras, es el equivalente a las tapas españolas.   En estos días voy a tratar de montar varias recetas de las «salsas» más típicas, como ésta primera: el hummus (humous, humus, etc.), la pasta de garbanzos que ya es conocida universalmente.  Mi receta es bastante sencilla, y creo que el único truco que tengo es pelar los garbanzos.  Es una tortura, pero vale la pena.  La textura cambia radicalmente y no cae tan pesado a posteriori.  Hay un trillón de variaciones posibles y todo es bastante al ojo, dependiendo del gusto personal.  Abajo hay varias sugerencias extras.
INGREDIENTES
Para 1 taza, aproximadamente
1 lata de garbanzos (400g sin escurrir, 240 g netos)
1/4-1/3 taza de aceite de oliva extra virgen
1 limón (poco más, poco menos)
Agua
Sal, al gusto
Comino en polvo, al gusto
Ajo (puede ser machacado, o en polvo), al gusto
Tahini, 1-2 cucharadas (opcional)
  • Para la versión corta y holgazana, echar la lata de garbanzos en un colador y lavar con bastante agua fría.  Escurrir bien.  Luego, armándose de paciencia, pelar grano por grano.  Si no me creen, hagan la prueba: preparen un hummus con piel y otro sin piel.  La textura del garbanzo sin piel es mucho más sedosa, sin mencionar que después no da gases.
  • Para la versión purista y tradicional: dejar remojando toda la noche 1 taza de garbanzos secos.  Al día siguiente, poner a hervir a fuego alto con bastante agua salada.  Dependiendo del tipo de garbanzos, esto puede demorar entre 45 minutos y hora y pico.  Cuando los garbanzos estén tiernos pero aún firmes, colar, lavar con bastante agua fría y pelar cada grano.
  • Una vez listos los garbanzos, ponerlos en una licuadora o procesador con un poco de aceite de oliva, jugo de medio limón, sal al gusto, una pizca de comino y ajo. Licuar hasta conseguir una pasta suave (la consistencia depende también del gusto: hay gente que la prefiere con grumitos, por ejemplo).
    • Sobre el ajo: me ha pasado más veces de las que me gustaría contar que el ajo es muy fuerte y mata el sabor de todos los ingredientes.  Como no hay manera de saber cuán fuerte va a estar el diente, he optado por poner ajo en polvo e ir ajustando a medida que voy licuando el hummus.
    • Usualmente no mido la cantidad de aceite que pongo, pero me inclino por el lado moderado.  El aceite sirve tanto para darle un sabor rico al hummus, como para darle textura sedosa.  Si notan que  un chorrito de aceite no es suficiente para diluir un poco la pasta, pueden ir agregando un poco de agua (y así no queda tan grasoso).
    • Con respecto al limón, lo mismo que con el resto de las especias: empiecen de a poquito y vayan ajustando, de modo que no les quede demasiado ácido.
  • El hummus tradicional lleva un poco de tahini, una pasta de semillas de ajonjolí / sésamo.  Se consigue en cualquier tienda árabe, o incluso en automercados grandes.  Le da un gusto muy rico, pero la verdad es que yo lo omito porque suelo agregárselo al baba ghanoush (la pasta de berenjenas), y como siempre los sirvo juntos no me gusta que compitan los sabores.  Si van a usar, agréguenlo poco a poco porque a veces es muy amargo.
  • Para servir, rociar con un chorrito de aceite de oliva y páprika o sumac (o somaq).

 

SUGERENCIAS Y VARIACIONES

  • En la casa solemos poner el hummus, el baba ghanoush y el tzatziki con pitas aliñadas (cortar un paquete de pitas en triangulitos, echar en un recipiente grande y aliñar con aceite de oliva, sal, páprika, orégano seco, ajo y comino en polvo, revolver bien y distribuir en una bandeja, tostar en el horno a 175º C/ 350º F hasta que comiencen a dorarse).
  • Hay versiones de hummus que llevan, por ejemplo, tomate seco: si está muy tieso, se puede rehidratar un poco poniéndolo en agua bien caliente por unos 10 minutos.  Dos opciones: cortar en trocitos pequeños y añadir cuando ya la pasta de garbanzos esté lista, o incluir al principio y licuar junto con el resto de los ingredientes.
  • También se puede agregar cilantro, perejil, etc.
  • Otra alternativa es hacer el hummus no con garbanzos, sino con habas (los granos blancos grandes).  El sabor es un poco más sutil, pero la textura es más suave.

 

CALABACINES RELLENOS

A mí el calabacín / calabacita / zapallito / zucchini me encanta en cualquiera de sus facetas y versiones.  En estos días encontramos estos redondos en el Farmers’ Market y compramos varios sin ninguna idea predefinida, sólo con ganas de rellenarlos y hacerlos al horno.  Sin ánimo de complicar la cosa, terminé usando la misma pulpa y un sofrito con lo que tenía a mano para darle sabor.  Aquí les va esta receta experimental, 100% modificable.  Como acompañamiento, creo que un calabacín por persona es suficiente, pero si lo comen tipo plato vegetariano principal, entonces calculen dos por cabeza.  Espero que les guste.
INGREDIENTES
Para 2 personas
2-4 calabacines redondos
Mantequilla, para sofreír (una cucharada es suficiente)
1-2 escalonias / chalotes / shallots, picad@s muy fino
Ajo en polvo, al gusto
Sal y pimienta negra, al gusto
1 huevo, previamente batido (sazonado con una pizca de sal y páprika)
Un puñado de queso mozzarella rallado (o una mezcla de mozzarella con otro queso más fuerte, tipo edam)
  • Cortar la parte superior de los calabacines (calculo que 1/4 de calabacín), a modo de «tapa».  Con una cucharita, sacar la pulpa, dejando un borde suficientemente grueso como para que el calabacín se mantenga firme al hornearse (tal vez 1 cm de grosor).  También pueden sacar la pulpa de la tapita.  Cortar en trocitos esa pulpa y reservar para el relleno.
  • Precalentar el horno a 175º C / 350º F.
  • En una sartén mediana a fuego medio, derretir la mantequilla y sofreír las escalonias hasta que se pongan suaves y transparentes, unos 3-4 minutos.
    • Las escalonias se pueden sustituir por 1/4 de cebolla blanca picadita, o por 1-2 ramitas de cebollín.
  • Agregar la carne del calabacín, y sazonar con ajo en polvo, sal y pimienta.  Recuerden que el calabacín también va a llevar queso, así que pruébenlo antes para que el relleno no quede demasiado salado.  Saltear por 2-3 minutos, hasta que el calabacín se empiece a suavizar.
  • Rellenar los calabacines con el sofrito (sólo 3/4 del hueco), completar con un poco del huevo batido y coronar con el queso rallado.
  • Poner sobre una bandeja y hornear a 175º C / 350º F por 20-25 minutos.
    • Yo los puse destapados, para que el tope de queso se dorara, pero también horneé las tapitas y luego las puse como decoración (¡comestible!).
  • Servir con un buen pedazo de pan.

PASTA CON SALSA BLANCA Y MAÍZ / ELOTE / CHOCLO

Otro clásico de mi mamá.  Esta pasta es riquísima, y es una alternativa fácil cuando se cansen de la salsa de tomate.  Se hace con una bechamel menos espesa, y se le pone queso parmesano.  Yo utilizo tanto leche como crema, pero si quieren hacerla más light, omitan la crema y aumenten la cantidad de leche.  También se puede hacer la versión al gratén, dejando la pasta más cruda para que se termine de cocinar en el horno (les paso las dos versiones abajo).
INGREDIENTES
Para 4-6 personas
2 cucharadas de mantequilla, aproximadamente
1/2 cebolla ó 2 chalotes / escalonias / shallots medianos, picados muy finos
2 cucharadas (soperas, copetonas, generosas) de harina
3 tazas (o más) de leche
200 ml de crema de leche
Una pizca de nuez moscada (aproximadamente 1/4 cucharadita)
Sal, al gusto
Pimienta blanca, al gusto
1 lata pequeña de maíz
1/2 taza de queso parmesano rallado (y un poco más para servir)
Opcionales
Jamón de pavo o pollo en cuadritos
500 g de la pasta de su preferencia
  • Derretir la mantequilla a fuego medio en una olla mediana y saltear la cebolla o chalote hasta que esté suave y transparente.

 

  • Echar la harina y revolver bien, tratando de que todos los pedacitos de cebolla queden cubiertos de harina.  Al seguir revolviendo, debería formarse una pasta de harina y mantequilla.  Saltear por 2-3 minutos, tratando de deshacer los grumos grandes, de modo que queden con la consistencia de migas gruesas de pan.

 

  • Echar primero dos tazas de leche fría y revolver vigorosa y constantemente hasta que ya se hayan disuelto todos los grumos.
    • La regla general para hacer bechamel es que cuando la pasta de harina y mantequilla (roux, en francés) está caliente, se debe usar leche fría. Esto previene la formación de grumos. Si de todas maneras les queda grumosa, no pasa nada. Pueden darle un par de toques en la licuadora.

 

  • Agregar la crema de leche y seguir batiendo.  Sazonar con un toque de nuez moscada.

 

  • Llevar a un hervor suave y añadir la lata de maíz.  Echar también la media taza de parmesano rallado.  A medida que la salsa hierva, se irá espesando más.  En este punto pueden ir ajustando cuán líquida o espesa la quieren.
    • Si notan que está muy líquida, pueden subir un poquito más el fuego y dejar que hierva (revolviendo constantemente) unos minutos.
    • Si, por el contrario, sienten que está muy espesa, pueden ir agregándole más leche.  Dejar al fuego por unos 5-7 minutos, para que la salsa se cocine bien y se impregne del sabor del maíz.
    • Recuerden también que la bechamel espesa un poco más al enfriarse.  Si van a hacer la versión al gratén, les sugiero que la dejen más líquida para que termine de espesarse en el horno.

 

  • Sazonar al final de la cocción con sal y pimienta (recuerden que si el queso parmesano está muy salado, no deben echar demasiada sal). Prueben y ajusten la sazón, si sienten que le hace falta más nuez moscada.

 

  • Si van a ponerle pollo o pavo, hacerlo unos minutos antes de quitar del fuego.
  • Mientras tanto, preparar la pasta de su preferencia como lo indique el paquete.  Si se deciden por la pasta al gratén, no completen el tiempo de cocción.  Recórtenlo unos 3-4 minutos, cuelen la pasta y sírvanla en un molde o refractario para el horno.

 

  • Echar toda la salsa por encima, revolver un poco, rallar más de parmesano y cubrir toda la superficie.  Hornear (en horno precalentado) a 200º C / 390º F hasta que se dore por encima (tal vez unos 7-10 minutos).

GUASACACA (guacamole)

Guasacaca es el equivalente venezolano del guacamole mexicano.  Aquí les paso mi versión personal.  Pueden comerla tipo salsa para acompañar una carne a la parrilla / asada, o como ensalada.  Pueden también excluir el tomate si lo usan tipo dip, como se ve en la foto de arriba.  La clave de esta salsita es que los aguacates estén en su punto.
INGREDIENTES
Da 2 tazas, aproximadamente
2 aguacates / paltas, bien madur@s
Jugo de un limón verde (más o menos, dependiendo del gusto)
Aceite de oliva, un chorrito
1 tomate grande, picado en cuadritos pequeños
Cebollín / cebolleta, 1-2 palitos (al gusto)
Cilantro / culantro, picado fino
Ajo en polvo, al gusto
Sal y pimienta, al gusto
  • Pelar los aguacates y quitarles la semilla (hay gente que la pone en agua para que el aguacate no se ponga negro, pero quién sabe… con el aguacate hay un millón de rituales extraños…).  Lo más fácil es ir machacándolos junto con el jugo de limón (que se pone a discreción, dependiendo de cuán ácida les guste la guasacaca) y el aceite de oliva.
  • Una vez bien machacados los aguacates, incorporar el tomate, cebollín, cilantro y las especias.  Mezclar bien.
  • Como verán, no hay nada científico en esta receta.  Todo es al gusto.  La cantidad de aceite, por ejemplo, depende de lo cremoso que esté el aguacate.  Si está un poco seco, el aceite sirve para darle una textura más sedosa.
  • Se podría poner ajo machacado, pero el ajo en polvo tiene un sabor más sutil que no opaca al del aguacate.
  • Hay gente que no machaca el aguacate, sino que lo pone en cuadritos.  Yo lo machaco para que sirva de dip.
  • Se puede sustituir el cebollín por cebolla, por supuesto.  Yo prefiero el sabor más suave del cebollín.

BOK CHOY Y VEGETALES ESTILO TAI CON CAMARONES

Esta receta está basada en una de Allrecipes.com, con las modificaciones de siempre.  Se puede servir como acompañamiento, pero de por sí es un plato bien completo, en especial si incluyen camarones.  La clave es cocer los vegetales en varios tiempos, para que queden crujientes.

El bok choy (o pak choi, o repollo chino) se parece un montón a la acelga; es un ingrediente clásico en la comida china (especialmente cantonesa), y tiene un sabor riquísimo, con un regusto picantoso que queda muy bien acompañado de otros vegetales.  Como todas las hojas verdes, es rico en vitamina C, calcio y hierro.  Aparte, no es difícil de conseguir; de hecho, este último paquete que compré lo conseguí en el supermercado (multinacional y occidental).

INGREDIENTES
Para 4 personas
Un chorrito de aceite de ajonjolí / sésamo
1 zanahoria grande, pelada y cortada en rodajas finas
1 calabacín pequeño (o 1/2 grande), en rodajas finas, pero no tanto como la zanahoria
250 g (o más) de bok choy / pak choy, cortado y separadas la parte blanca del tallo y las hojas verdes
2 hongos planos grandes, cortados en trozos gruesos
Vegetales extras: maíz bebé, castaña de agua, brotes de bambú
200 g de camarones, pelados y sin cabeza (pueden ser de esos que venden precocidos y congelados)
Salsa de ajo
1/4 taza de agua
2 cucharadas de salsa de soya
2 cucharadas de salsa de ostras
1 cucharada de salsa de pescado (si deciden ponerle camarones)
1 ají / chile verde, desvenado y picado muy fino (puede ser uno de esos Thai peppers)
Ají en hojuelas, si el ají fresco no pica mucho
1 cucharada de jengibre fresco rallado
2-3 dientes de ajo, rallados
1 cucharadita de azúcar de palma (o azúcar morena)
  • Calentar un poco de aceite de sésamo / ajonjolí en un wok (o caldero) a fuego medio.  Ir salteando los vegetales, en orden del más duro al más suave: primero, unos 3-4 minutos la zanahoria; luego agregar el calabacín y la parte blanca del bok choy por 2-3 minutos; luego los hongos y las hojas verdes del bok choy, por 2-3 minutos más.  Remover del wok y poner en el plato para servir.
  • Preparar la salsa en un recipiente aparte, mezclando bien todos los ingredientes: agua, salsa de soya, salsa de ostras, salsa de pescado, el ají verde picadito, el ají en hojuelas, jengibre rallado, ajos y el azúcar.
  • En el mismo wok donde se cocinaron los vegetales, saltear los camarones pelados a fuego medio-alto hasta que tomen un color rosado (los camarones se cocinan volando, y hay que tener cuidado de no sobrecocinar, para que no queden chiclosos).  Si usan camaroncitos congelados, lavarlos antes para quitarles hielo, y saltear con dos cucharaditas de la salsa.
  • Remover del fuego y poner en el plato de los vegetales.
  • Otra vez usando el wok, poner la salsa a fuego alto hasta que espese un poquito, 1-2 minutos.
  • Echar la salsa sobre los vegetales y camarones.  Servir sobre una cama de arroz blanco (mejor si no es parboiled) o tallarines (noodles).
  • Así se ve la versión vegetariana, sin los camarones: